(Fuente: Crónica Uno / El Carabobeño) El candidato presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, se encuentra actualmente en su campaña electoral, enfrentando este nuevo reto que, aunque no lo esperaba, lo está sobrellevando igual que su extensa carrera como diplomático.
Su más grande aspiración es gobernar para todos y siente que está aprendiendo bien frente a esta posibilidad de hacer una transición democrática en el país.
Con información de Crónica Uno
A su experiencia diplomática se suman las historias que acumula de los recorridos, los encuentros, las reuniones y las visitas que en 80 días ha llevado a cabo como parte de la agenda de una candidatura presidencial que no buscó, pero lleva adelante.
En 80 días
Desde el balcón de su casa, el candidato opositor de 74 años cuenta lo que meses atrás era impensable, sus experiencias en la calle, en mítines y encuentros políticos en los que asegura haberse encontrado con la gente “con la esperanza” y con el “deseo de cambio”.
Habla con humildad y respeto de los líderes antichavistas que lo acompañan en la carrera presidencial. Celebra el arrojo de Henrique Capriles para abrir los caminos en su reciente visita a Paparo, en el estado Miranda. Muestra admiración por Andrés Velásquez y su capacidad de armar en poco tiempo una visita a Bolívar y, por supuesto, por el arrojo de María Corina Machado, que recorre el país en su nombre para promover el cambio de gobierno.
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En una entrevista breve y difícil de concretar por la ahora ocupada agenda del diplomático, González Urrutia dejó ver que sus respuestas ya no son tan cortas, pero que su mensaje sigue siendo el mismo: promover el cambio.
De diplomático a presidente
—¿Cómo está su salud con la corredera de los últimos días?
—Chévere, listo, trabajando desde muy tempranas horas.
—¿Alguna vez se planteó la idea de ser presidente?
—En mi vida jamás he estado participando en ningún cargo de elección popular. Lo más cercano que estuve a ellos fue en la universidad, cuando fui elegido delegado de curso. Pero ahí no hay digamos una actividad política muy definida, por lo que jamás he estado en la política partidista como tal.
—¿Y cuáles son las capacidades que tiene o que ha encontrado en usted para ser el presidente de Venezuela en este momento?
—Esa decisión la relato tal como me la comentaron a mí. Yo estaba en mi casa un sábado en la tarde viendo televisión, una película de Netflix, cuando me llamaron por teléfono.
Hago un paréntesis para decir que yo soy formalmente el presidente del partido Mesa de la Unidad Democrática, porque yo trabajé durante varios años en la Mesa de la Unidad Era como el responsable del tema internacional. Entonces en ese carácter no me extrañó que me llamaran para decirme: “Mira tienes que pasar por aquí por la el comando de Delsa Solorzano, porque hay que firmar una carta para el CNE (Consejo Nacional Electoral)”.
Salí para allá, eso fue a las dos de la tarde. Cuando llegué a la oficina de Delsa escuché que ella estaba escribiendo un comunicado y lo estaban leyendo. Había muy pocas personas: Roberto Enríquez y dos personas más, (José Luis) Cartaya (…) y cuando oigo están decidiendo la designación del Doctor Edmundo González Urrutia como candidato y yo digo: “¿Cómo es esto?”.
En ese momento es que yo me entero de que están postulando mi nombre al Consejo Nacional Electoral para una cosa horrible que lo llaman el candidato tapa, para proteger la tarjeta de la Mesa de la Unidad no vaya a ser cosa de que algún otro la ocupe.