Editorial de El Nacional

Hace tres años (12/10/2021) falleció en prisión Raúl Isaías Baduel, quien había sido comandante general del Ejército entre los años 2004 y 2006 y ministro de la Defensa de julio de 2006 al 18 de julio de 2007. El presidente Hugo Chávez le confirió el rango de General en Jefe durante el acto de conmemoración de los 185 años de la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 2006. Tres años después de su muerte, la familia del militar sigue exigiendo una investigación independiente de las causas de su deceso.

Un informe de Provea de octubre de 2022 (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos) identificado como “La muerte lenta de Raúl Isaías Baduel:  Un caso emblemático de la violación de los derechos a la vida, la integridad personal y la justicia en Venezuela” ofrece una versión distinta y documentada de las circunstancias en que se produjo el final del general, que el Ministerio Público atribuyó al covid-19. 

El documento de Provea pone el énfasis, a partir de testimonios de los familiares y abogados de Baduel, en la intervención quirúrgica a la que fue sometido sin su consentimiento, el 23 de diciembre de 2020, para tratarle una hernia inguinal. La operación fue realizada en un quirófano improvisado en una carpa, en las afueras del hospital Dr. Vicente Elías Sanoja de Fuerte Tiuna, en Caracas. La salud de Baduel  empeoró luego progresivamente. Fue trasladado apenas tres días más tarde a los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), conocidos como La Tumba, y en este caso, como en otros, hizo “honor” a tal denominación.

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El exministro de la Defensa careció de los cuidados posoperatorios mínimos e indispensables. Una de sus hijas, Nayeska, lo visitó diez días antes de la muerte del militar. “Fue muy doloroso verlo, totalmente edematizado, su rostro, sus manos, todo su cuerpo. Es muy probable que haya tenido insuficiencia renal. En La Tumba nunca atendieron esa afección”. Provea indica con la información que recabó que “la falta de atención médica oportuna y de calidad fue una constante durante los casi 11 años que estuvo preso Baduel y provocó un deterioro progresivo de su salud”.

Tras ser un hombre muy próximo a Hugo Chávez, desde la fundación en 1982 del Movimiento Bolivariano 200, y, sobre todo, con su actuación en el regreso al poder del presidente en 2002, Baduel fue distanciándose de la cúpula político-militar que gobernaba el país, en las palabras y en los hechos. Su discurso del 18 de julio de 2007 cuando entregó el cargo de ministro de la Defensa y pasó a retiro lo evidencia de forma nítida.

Expresó, entonces, su apego como militar “a la institucionalidad del Estado venezolano, conservando la disciplina, la obediencia y la subordinación”. Advirtió contra el peligro de repetir los errores del Partido Comunista de la Unión Soviética en la construcción del socialismo, que desplazó a la sociedad y se adueñó del poder por medio de su Comité Central. Y, contrario a Chávez que prefería seguir a Marx y Engels, aconsejó que “deberíamos apartarnos de la ortodoxia marxista que considera que la democracia con división de poderes es solamente un instrumento de la dominación burguesa”.

También puso el dedo en la llaga, cuando dijo que antes de repartir riqueza hay que generarla. “Nuestro modelo socialista debe enseñarle al pueblo que las cosas no aparecen por arte de magia, sino que hay que obtenerlas a base de esfuerzo y trabajo”. Una idea esta diametralmente contraria a la prédica de los bolivarianos en el poder. 

Menos de cuatro meses después de su pase a retiro, Baduel se opuso a la reforma constitucional promovida por el presidente Chávez, que fue efectivamente derrotada en diciembre de 2007. Pronto vendría la cárcel para él y varios miembros de su familia. Y el calvario hasta la tumba.

Fuente: El Nacional