(Fuente: BBC Mundo) El régimen de Nicolás Maduro tiene la intención de alejarse mucho más del modelo capitalista, acercándose a los parámetros que tiene China, más allá de los contratos o incluso la ideología.
“[La economía venezolana] está en una transición, que tiene como referencia al modelo chino”, dijo Rafael Lacava, miembro de la dirección nacional del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y gobernador del estado Carabobo, durante una visita a Shanghái en noviembre.
Con información de BBC Mundo
Lacava, quien aseguró estar allí como enviado especial de Maduro, explicó luego que esa visión sobre China era la que explicaba que el mandatario venezolano hubiera viajado con tanta frecuencia a ese país.
Y, ciertamente, Maduro había realizado en septiembre su tercera visita de Estado a China que, según afirmó, era también su viaje número 11 a ese país desde 1999.
El mandatario venezolano ya había mencionado a Pekín como referente en el pasado. En julio de 2022, por ejemplo, lo hizo al promulgar la ley que permitía la creación de zonas económicas especiales (ZEE) como “camino para la atracción de inversiones productivas.
«Ya conocemos bien las experiencias de China durante 40 años, la experiencia de Corea del Sur, la experiencia de Vietnam, entre otras (…), que nos han servido de inspiración para dar este paso», dijo entonces.
Un año antes, cuando el anteproyecto de esa ley fue presentado ante el Congreso por el diputado Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario, este también dejó claro que querían avanzar sobre la estela de Pekín.
“Una gran ZEE exitosa es (la de) nuestros hermanos de la República Popular China, donde una zona llamada Cantón en los años 80 tenía una población de dos millones de habitantes, muy humilde y deprimida económicamente, y hoy (…) es una de las principales zonas industriales de China», dijo.
Pero, ¿cuán viable es aplicar el llamado “modelo chino” en la Venezuela de Maduro?
Una visión simple de una realidad compleja
“Lo que la gente llama modelo chino es una simplificación de la realidad china”, apunta Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis, al ser preguntado sobre la viabilidad de esta iniciativa en Venezuela.
Afirma que, en líneas generales, cuando la gente se refiere al modelo chino se refiere a la posibilidad de combinar un estricto control político y social -en el marco de una concentración de poder- con un proceso de apertura económica, con participación privada, etc.
“Esa visión es muy simple porque el modelo chino es muy complejo y, además, ha migrado desde su sus primeros pasos que arrancaron desde un comunismo estricto que abría un poco la economía hacia el sector privado hasta lo que es hoy: un modelo muy sofisticado”, dice
“Este es un modelo que mezcla empresa privada, pero también empresa pública; que permite la participación internacional, pero con fuertes controles y seguimiento estatal; donde el Estado juega un rol muy importante en proceso de investigación y desarrollo; y donde hay conexiones muy fuertes entre el Estado productivo, el Estado político y el sector privado; y donde el tema político se mantiene estrictamente concentrado en el Partido Comunista”, agrega.
León señala que si uno asumiera la visión más genérica que resume la idea del modelo chino en una situación en la que se mantiene una alta concentración de poder político y una apertura hacia el sector privado y a la inversión extranjera en materia económica, entonces puede pensarse que ese modelo es aplicable a Venezuela.
“No es que vaya a ocurrir, sino que de alguna manera ya hay avances en ese sentido. Si analizas la estrategia económica de Hugo Chávez de penetración, expropiación e intervención de empresas privadas, de hostilización en la relación empresa-Estado o gobierno, eso hoy es muy distinto”, señala.
“En los años 2021, 2022 y 2023 hemos visto una reorientación importantísima de la relación entre gobierno y el sector privado. No es que sea una relación muy productiva o súper positiva, pero una relación mucho más fluida. Aquí no ha habido avances en la expropiaciones ni en la intervención de empresas. Al revés, el gobierno más bien ha ido saliendo de esos procesos e incluso ha entregado empresas o sectores que fueron expropiados”, apunta.