(Fuente: Voz de América / Alberto News) La Casa Blanca ha reiterado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene su posición en contra del régimen de Nicolás Maduro.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, emitió esa postura tras las declaraciones entregadas por el enviado de misiones especiales, Richard Grenell, quien dio detalles sobre su viaje a Caracas para reunirse con el régimen de Nicolás Maduro a finales de enero.
«Tenemos una visión muy clara sobre el gobierno venezolano y Maduro, pero Donald Trump es alguien que no quiere un cambio de régimen, y es alguien que quiere hacer todo lo que podamos para hacer que el pueblo estadounidense sea más fuerte, más próspero», dijo Grenell en una entrevista el sábado.
La visita de Grenell en Venezuela dio frutos con la liberación de seis estadounidenses que estaban secuestrados en Venezuela, además de la ejecución de tres viajes de deportados venezolanos que han llegado satisfactoriamente a Venezuela.
La portavoz de Estado, Natalia Molano, también había declarado a inicios de febrero que el encuentro de Grenell y Maduro no representaba un cambio en la política de Estados Unidos sobre Venezuela.
Con información de Voz de América
Poco después de la victoria de Trump en las elecciones de noviembre pasado, Maduro envió un mensaje al presidente estadounidense en que aseguró que «en su su primer gobierno, presidente reelecto Donald Trump, no nos fue bien. Este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar-ganar. Y le vaya bien a Estados Unidos, le vaya bien a Venezuela».
Baja en cruces irregulares en la frontera estadounidense
Durante la conferencia de prensa celebrada el martes, Leavitt también hizo énfasis en la reducción de cruces irregulares en la frontera suroeste de Estados Unidos tras la toma de posesión de Trump.
«Solo en el primer mes del regreso del presidente Trump al cargo, los cruces fronterizos ilegales alcanzaron mínimos no vistos en décadas, un 94 % menos que en el último año, mientras que los arrestos en el interior aumentaron un 134 %», dijo.
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El sábado pasado, según anunció la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, se alcanzó el número más bajo de encuentros con migrantes indocumentados en casi 15 años.
200 extranjeros indocumentados habrían sido interceptados en la frontera ese día.
«El presidente Trump y la secretaria Noem han enviado un mensaje claro a los inmigrantes ilegales: no vengan a nuestro país. No se les permitirá entrar. Y si lo hacen, los perseguiremos y los deportaremos», dijo un portavoz de DHS.
Finalmente, Leavitt apuntó que sigue siendo «prioridad» de la administración continuar con la construcción del muro fronterizo cuyas obras ya reiniciaron en Texas y California.
Organizaciones como la Coalición de Comunidades Fronterizas Sureñas han criticado el muro asegurando que este «cuesta miles de millones» a los estadounidenses, «es peligroso» e «invade propiedad privada».