(Fuente: EFE / El Carabobeño) El presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, ha ratificado en diferentes ocasiones que tiene pensado regresar a Venezuela el 10 de enero para asistir a su toma de poder, por lo cuál asegura que está «moralmente» preparado para un escenario en el que sea detenido por el régimen de Nicolás Maduro.

González asegura que viajará con el aval de haber ganado la elección presidencial con 7.3 millones de votos.

Con información de EFE

En la primera entrevista que concede a un medio español, González Urrutia, que llegó a Madrid en septiembre para pedir asilo político tras denunciar fraude electoral en su país, se considera el candidato que obtuvo la victoria y que debería tomar posesión de la Presidencia. «Para eso estamos preparados y trabajando», dice.

Tras las elecciones, la mayor coalición opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha denunciado como fraudulenta la victoria de Maduro y defendido que González Urrutia es el presidente electo con base en el 83,5 % de las actas que aseguran haber reunido a través de testigos, documentos que el Gobierno venezolano tacha de falsos.

El plan es volver

El exdiplomático confía en que si regresa a Caracas para asumir la Presidencia no será detenido, pero asegura que está «moralmente preparado» en caso de que se produzca.

«Lo que no tengo es boleto todavía, pero mi plan es estar allí. Los planes están en regresar a Caracas para el 10 de enero y tomar posesión del cargo ese día», afirma.

No será, admite, una coyuntura fácil: «Bueno, habrá un pulso, una tensión». «Lo recomendable para el país» sería la salida de Nicolás Maduro, «por la salud de todos los venezolanos», apunta.

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A su juicio, las acciones de acoso del Gobierno contra María Corina Machado y él mismo -como las órdenes de detención- son signos de debilidad de Maduro.

Confía en la movilización masiva, tanto en Venezuela como en distintas capitales del mundo, en respuesta a la convocatoria lanzada por Machado para el próximo 1 de diciembre, aunque reconoce que en el país hay un clima potencial de violencia y de provocación por parte del oficialismo.

Transición pacífica y espacio para el chavismo

En su eventual gestión como presidente, González Urrutia aboga por negociaciones para una transición ordenada, con la liberación de los presos políticos, que cifra en más de 2.000.

«Habrá negociaciones previas que permitirán, Dios mediante, una transición ordenada. Podría llegar a haber una convivencia dentro del suelo venezolano», sostiene.

«Habrá una transición en donde las bases populares puedan tener un espacio y que el chavismo pueda encontrar un espacio. El chavismo es una fuerza política que va a permanecer en el país», continúa.

«Teóricamente nosotros somos mayoría, por supuesto, pero lo que nosotros deseamos es pasar la página y abrir un espacio para la recuperación de Venezuela, la recuperación en el más amplio sentido:
Política, económica y socialmente hablando», afirma.

Su prioridad: «El reencuentro de los venezolanos y esa va a ser mi tarea fundamental, la reconciliación del país, la reconciliación de los venezolanos».

¿El futuro de Nicolás Maduro?

«La Constitución venezolana solo permite un presidente. Yo soy el que va a tomar posesión el 10 de enero», insiste González Urrutia, al ser preguntado por el futuro de Maduro.

«Terminó su mandato» y «tomará su rumbo», añade.

¿Podría ser un ciudadano más en Venezuela? «Podría ser un ciudadano más, claro», zanja.

En la entrevista con EFE se pronuncia también sobre el papel del Ejército, un importante actor en una transición en Venezuela.

«Podría decirse que tal vez la cúpula pueda estar manteniendo la estabilidad del régimen, pero la base y los puntos medios de las Fuerzas Armadas son el reflejo de la sociedad venezolana», con los problemas que sacuden al conjunto de la población, como la inflación o las carencias en la sanidad, explica. «Esas mismas situaciones las están pasando ellos», añade.

«Es una cuestión de los mandos militares de los generales nombrados por Maduro, pero eso es una cúpula muy pequeña», con la que, asegura, no ha tenido contactos.

Acción internacional

Apenas 10 días después de la asunción del próximo presidente venezolano se producirá la vuelta de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, un país que recientemente reconoció a González Urrutia como presidente electo de Venezuela.

El dirigente opositor no ha hablado personalmente con Trump aunque, explica, los equipos de ambos han mantenido contactos en Washington.

Evita adelantar qué impacto puede tener la nueva etapa de Trump en la Casa Blanca sobre Venezuela, aunque espera que pueda contribuir «a una transición en paz, moderada, que tenga el futuro de los venezolanos como objetivo».

González Urrutia agradece las gestiones de sus vecinos latinoamericanos para favorecer la transición en su país y confía en que «ojalá sean más firmes y ojalá que puedan llevar a buen puerto las disposiciones de estos gobiernos».

También en la Unión Europea, que recientemente le ha concedido el premio Sajarov junto a María Corina Machado, dice haber encontrado apoyo.

España, como en casa

En España se siente «como en casa» y evita entrar en cuestiones de política nacional, pero destaca que en sus conversaciones con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha encontrado «manifestaciones de afecto positivas y de respaldo».

«En ningún momento tengo nada de qué quejarme de lo que se ha hecho hasta ahora», asegura.

González Urrutia dice no temer por su seguridad personal, como tampoco por la de su familia en Caracas: «Cuando yo negocié mi salida a España hubo un acuerdo de algunas garantías».

«Una de ellas es la de no intervenir con mi familia, no meterse con mi familia allá», concluye.