(Fuente: EFE / Alberto News) La oposición venezolana nuevamente se enfrenta nuevamente al mismo dilema que ha enfrentado en pasado comicios electorales: «legitimar a Nicolás Maduro» o promover un «acto de resistencia». esta encrucijada ha abierto visiones que ponen en riesgo el liderazgo de María Corina Machado y el presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), una de las instituciones controladas por la dictadura madurista, ha convocado elecciones legislativas y regionales para el próximo 25 de mayo, esto sin haber publicado aún los resultados detallados de las elecciones presidenciales del 28 de julio del 2024, en las cuales proclamaron al dictador Nicolás Maduro, frente a la oposición que asegura, teniendo las actas electorales del proceso, que el ganador es González Urrutia.
Con información de EFE
Este escenario ha reabierto un debate de vieja data dentro de las filas opositoras sobre participar o no en unos nuevos comicios entre las denuncias de «fraude» y de falta de garantías electorales.
Voces encontradas
Machado y González Urrutia han rechazado acudir a estos comicios en tanto, insisten, se reconozca el triunfo del exembajador, mientras que la PUD ha supeditado su participación al cumplimiento de varias condiciones, entre ellas una negociación basada en el «reconocimiento de la verdad» de las presidenciales.
Pese a esas posturas de los líderes opositores, ya dos partidos que forman parte de la PUD -Un Nuevo Tiempo (UNT) y Movimiento Por Venezuela (MPV)-, así como el exgobernador Henrique Capriles han apoyado públicamente la participación en los comicios de mayo, lo que pone de manifiesto, una vez más, las divisiones existentes dentro del bloque antichavista.
Capriles ha pedido participar como un «acto de resistencia» y como una forma de reivindicar los resultados de unas elecciones presidenciales que, insiste, ganó González Urrutia.
El consultor político y director de Log Consultancy, Giulio Cellini, manifiesta a EFE que la Administración de Maduro pone nuevamente a la oposición en el «dilema de participar o no participar», cuando la ruta electoral, insiste, es la «única que sigue vigente» por «muy injusta que sea».
«Sabemos que estamos en un escenario institucional complejo, sabemos que tenemos grandes falencias en el orden institucional, y particularmente en el orden electoral, pero eso no implica que haya que abandonarlo, ni siquiera los espacios, sino la posibilidad de mantenerse vigente», añadió.
En el pasado, la oposición venezolana decidió abstenerse en algunos comicios, como los legislativos de 2005 y 2020. También en 2017, cuando el chavismo convocó a una Asamblea Nacional Constituyente, y en las presidenciales de 2018.
Sin embargo, Paola Bautista, vicepresidenta nacional de Formación y Programas del partido Primero Justicia, afirma que el momento actual «es radicalmente distinto» al pasado.
«Hemos vivido un proceso acelerado de autocratización. No estamos en 2005, ni en 2015, ni en 2018, ni en 2020, ni en 2021», agrega Bautista, para quien «obviar el peso del contexto es una insensatez política».
Para la dirigente opositora, «un evento como el que está planteando en este momento» solo «beneficiará a quienes quieren permanecer ilegítimamente en el poder».
Bautista -quien se adhiere a la posición del Comité Político Nacional de Primero Justicia de «defender los resultados del 28 de julio»- considera un dilema de vieja data la participación en las elecciones, ante lo que describe como una desarticulación de «la institución del voto».
«Ese andar de desmantelamiento democrático y de pérdida de competitividad electoral ha hecho que cada coyuntura electoral sea ocasión para el debate sobre la eficiencia democratizadora de la participación en un contexto cerrado y hostil como el nuestro», apunta.
Una prueba al liderazgo
Por su parte, María Corina Machado agradece a la PUD que no apoye las próximas elecciones ya que, a su juicio, son una «farsa que impone Maduro», y prestarse a eso -añade- es «desconocer» el «mandato» de los comicios presidenciales del 28 de julio del pasado.
«Quienes no cedan ante amenazas, trampas y chantajes serán reconocidos por un país que exige trabajo, coraje e inteligencia de la dirigencia política para desalojar a la tiranía», sentenció el pasado 19 de julio.
Cellini advierte de que no es estratégico para Machado, desde el punto de vista político, descalificar a los aliados que han expresado su deseo de participar en los comicios de mayo.
Además, opina, este escenario pone a prueba el liderazgo de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quien ha recibido el reconocimiento de distintos países como «presidente electo».
«El liderazgo no es solamente que tenga algún tipo de favorecimiento en la opinión pública; el liderazgo es que sepa afrontar las situaciones que se plantean al frente, que tenga sentido estratégico (…), que piense lo que es más conveniente a efectos de ir transitando el camino para lograr un cambio político», considera.