Esta semana la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) dio inicio a la CXXIII asamblea ordinaria plenaria en donde se dio lectura a un comunicado firmado por diversos representantes de la iglesia católica que identificó con nombre y apellido al sistema de gobierno que encabeza Nicolás Maduro.

 
 
 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida por Dossier Venezuela (@dossier_venezuela)

 

En el comunicado leído por Monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Valencia, los representantes de la iglesia fueron contundentes con el chavismo al calificarlos de autócratas, un sistema de gobierno que habría mutado de hegemónico a “cerrado” después de la toma de posesión de Nicolás Maduro el pasado diez de enero.

“El 10 de enero Venezuela pasó de ser una autocracia hegemónica a una autocracia cerrada, con todas las consecuencias que lleva consigo en el ámbito de la legalidad, el reconocimiento internacional y el modo de relación institucional con el mundo” fueron las palabras de González de Zárate durante la apertura de la asamblea ordinaria en el auditorio de la Universidad Católica Andrés Bello.

El documento que forma parte de la exhortación pastoral que acostumbran publicar a principios de año, denuncia fallidos acuerdos políticos, una actitud hostil del régimen hacia la disidencia, las pretensiones de reforma constitucional y una crisis económica que mantiene en pobreza extrema a millones de los venezolanos, además de las pocas condiciones en las que se desarrollaron los comicios presidenciales del 28 de julio.

¿Choque de jerarcas?

El Nuncio Apostólico enviado por el Papa Francisco a Venezuela hace menos de un año, Monseñor Alberto Ortega Martin, también estuvo presente en la ceremonia en la que señaló que han pasado demasiadas cosas desde la elección presidencial que a su juicio han minado el camino de la paz, pero que, en todo caso, la iglesia deberá estar presta para cualquiera que sea la colaboración que pueda brindar para una solución a la crisis.

La presencia del representante de la jerarquía eclesiástica no fue impedimento para que el del denominado “número dos” del régimen Diosdado Cabello, condenara la posición de la iglesia y las palabras de Monseñor González de Zárate, reelecto a la presidencia del episcopado venezolano horas después de este choque de jerarcas.

“La jerarquía eclesiástica son actores políticos de la oposición, y la opinión de ellos siempre viene vinculada a los intereses políticos que ellos tienen” afirmó el ministro de interior Diosdado Cabello en su acostumbrada declaración a los medios de comunicación los días lunes como vicepresidente del partido de gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pero ahora desde un hangar de la basa aérea ‘La Carlota’ en Caracas y no en la casa del partido.

Como dato no menos importante, Monseñor Alberto Ortega Martin, enviado de la Santa Sede a Venezuela, fue recibido en Miraflores por el propio Nicolás Maduro en el mes de agosto de 2024, en un acto en el que las autoridades del episcopado venezolano estuvieron ausentes, ya que días antes habían pedido al régimen garantizar la transparencia de los resultados electorales anunciados que generaron cientos de protestas y miles de detenidos en todo el país.

Venezuela como Estado revisionista

Según especialistas en materia de derechos humanos, esta afirmación de representantes de la iglesia sobre la instauración de un autoritarismo cerrado, se traduce en un retroceso importante en los avances que había experimentado la democracia en la región desde los años setenta, con un régimen que se uniría a los de Cuba y Nicaragua como las tres excepciones del continente.

“Que se consolide la autocracia en Venezuela marca la mayor regresión antidemocrática de América del Sur de los últimos 50 años; si alguna región ha avanzado en materia de convivencia democrática en línea coherente durante este tiempo, es América del Sur” señala Oscar Murillo, abogado y coordinador general de la ONG Provea, quien sostiene que Venezuela pudiera ser ficha de canje entre EE.UU. y Rusia en una negociación internacional por pacificar el medio oriente.

Finalmente, la permanencia de Nicolás Maduro en el poder por la vía de la fuerza pudiera llevar a Venezuela a consolidarse como un Estado «revisionista», así lo advierten desde la dirigencia política opositora que insisten en que este escenario de aislamiento ya se está evidenciando debido a las relaciones del régimen con otros gobiernos autócratas y dictatoriales.

“Cuando un Estado es revisionista está aislado del resto de los países para las negociaciones comerciales y exportaciones, no hay acuerdos, se niega a ser un país aliado de la democracia y por supuesto que van a venir las sanciones” así lo afirma el exdiputado de la Asamblea Nacional electa en 2015, Romel Guzamana, quien para entonces fuera despojado de su curul por el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el régimen madurista.