(Fuente: Infobae / Sebastiana Barráez) Los seis ejecutivos de Citgo detenidos por el régimen de Nicolás Maduro, entre el 2017 y el 2022, han confesado que fueron obligados a grabar un video y firmar una carta.
Estos ejecutivos fueron canjeados por los dos sobrinos de Cilia Flores, primera dama del régimen.
José Pereira, uno de los ejecutivos, decidió hasta ahora narrar lo que vivió para poder salir de Venezuela a propósito del a polémica que se está desarrollando por los documentos firmados por el presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, bajo coacción.
El ex preso político y expresidente de Citgo afirma que firmaron para poder escapar de las garras del régimen, sin embargo que la firma de estos documentos no tienen ninguna validez.
Dice, no sin cierta sorpresa, que la gente parece ahora estarse enterando de lo que el régimen tiene años aplicando con las personas que amenaza, detiene y coacciona. “¿Que meten a la gente presa sin pruebas? tienen años haciéndolo; ¿que coaccionan a la familia? tienen años haciéndolo; ¿que meten presos a familiares? tienen años haciéndolo; ¿qué ponen a firmar cosas? tienen años haciéndolo”.
“A nosotros (los ejecutivos de Citgo) nos hicieron firmar una carta y filmar un video. ¿Quién puede señalarnos porque quisiéramos salir del país y estar en libertad? Firmamos lo que nos colocaron y así lo han hecho con muchísimas personas para permitirles salir del país”, dice Pereira, quien junto a sus compañeros de Citgo estuvo en el centro de tortura El Helicoide, a orden del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
Con información de Infobae
Ante la pregunta de qué contenía la carta que les hicieron firmar, responde: “No lo sé, porque ellos solo nos pusieron la última página, y nos dijeron ‘firme y ponga las huellas’. No nos dejaron leer lo que estábamos firmando. Todo fue muy rápido, llegaron con la última página, firmamos y ya”, lo que evidencia que el modus operandi del régimen es ejercer la coacción en operaciones psicológicas y uso del poder y la amenaza.
Lo del video es impresionante. “Eso fue casi al estilo de la producción de una película, porque estaba una persona con la cámara y vino otro, que supongo es funcionario del Sebin, especialista en grabar videos y fue el que nos dio el libreto de lo que debíamos decir: van a decir que los trataron bien, y todo positivo”.
“Ese individuo se colocó detrás de la cámara y cada tanto mandaba a repetir lo que decíamos: ‘no, no, di tal cosa’, ‘dilo mirando la cámara’, ‘te faltó decir esto’, ‘debes decirlo más natural’, en fin, tenía un guión para que grabáramos de la manera como él quiso”.
Asegura que el régimen “todo lo tiene planificado, así que cuando ves a alguien en un video, ‘confesando’ o una carta de esas firmadas, tenga la seguridad que nada de eso es real, que todo es montado. Lo que hicieron con nosotros fue así y lo han hecho con muchos de los detenidos y otros que han salido en libertad”.
