Una prolongada escasez de gasolina en el Táchira golpea directamente la producción de alimentos en la zona de montaña, forzando a los productores agrícolas Táchira a comprar combustible de contrabando colombiano a precios de reventa. Esta situación crítica eleva significativamente los costos operativos, una carga que el consumidor final asume directamente en el precio de los alimentos.

Productores compran combustible de contrabando tras meses de espera

La persistente falta de combustible nacional, que supera ya más de un mes sin una distribución efectiva en los municipios de la montaña, obliga a los agricultores a tomar medidas desesperadas. Los productores agrícolas Táchira pagan tarifas de reventa para adquirir el combustible de contrabando que ingresa ilegalmente desde Colombia, facilitando la producción ante la inoperatividad del suministro local.

El difícil acceso a la gasolina venezolana requiere esperas de días para el surtido, mientras que la gasolina de contrabando mueve la economía local, a pesar de su costo mucho más elevado. Los agricultores garantizan el transporte de sus productos al pagar hasta cinco veces más por el litro en el mercado negro.Un litro de gasolina venezolana cuesta 0.50 centavos de dólar mientras que la colombiana cuesta 0.75 centavos.

Alto costo impacta el bolsillo del consumidor

La adquisición del combustible de contrabando colombiano incrementa directamente los costos de producción de rubros como papa, zanahoria y otros alimentos esenciales. Este aumento de costos obliga a los distribuidores a subir el precio de los alimentos, afectando el poder adquisitivo de los consumidores en todo el estado andino y el centro del país.

La falta de una política de distribución de combustible eficiente compromete la seguridad alimentaria de la región. Los productores agrícolas Táchira hacen un llamado urgente a las autoridades para que garanticen un suministro regular que permita el desarrollo normal de las actividades agrícolas. Solucionar la escasez de gasolina Táchira se convierte en un paso fundamental para estabilizar el precio de los alimentos.

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