Antes de la llamada revolución socialista, cualquier persona, obrero o trabajador, podía con sus ingresos, mantener la fachada de sus hogares, muchos cuentan que en esos tiempos con las bonificaciones podían no solo pintar y reparar sus hogares, compraban muebles, hacían reparaciones mayores, inclusive se iban de vacaciones dentro y hasta fuera del país.
Fachadas sin vida
Hoy día esas cosas quedaron en el recuerdo de quienes viven hoy en la Venezuela socialista. En uno de los barrios de Maracaibo conocimos a Marlene de Guerrero, el tiempo que lleva sin pintar su casa es de 25 años, casi nada.
La pintura no es comestible
Ella vive con su esposo en un barrio del municipio San Francisco al sur de la ciudad de Maracaibo, occidente de Venezuela. Sus hijos están afuera y les ayudan por supuesto, ella y los suyos forman parte de esa estadística de familias que reciben remesas desde el exterior, y a pesar de esto, se limitan, y vaya que lo hacen. ¨Mi esposo se quedó sin trabajo y primero es la comida que la pintura yo no como pintura qué más puedo hacer siempre ha sido así¨, aseguro Marlene de Guerrero.
Comer o comprar agua
En esa pequeña barriada se evidencia la realidad de muchas familias en Venezuela, que deben debatirse entre constantes decisiones, no saben que ausencia de servicios públicos resolver primero, la ausencia de agua por tuberías, la ausencia en la recolección de desechos, siempre van por la más importante y vital, agua por cisternas, que cuesta 1.5 dólares el recipiente de 200 litros. ¨Primero el agua que la pintura, como hacemos la comida entonces como hacemos no puedo hacer otra cosa ah los medicamentos de mi esposo también que lo tengo enfermo¨, advierte Marlene de Guerrero.
Casas Muertas
Es que en la ciudad la falta de mantenimiento en las fachadas, no sólo residenciales, sino también las comerciales, es más que evidente, es como si una especie de tormenta pasara por ellos y las reparaciones no llegan, o tardan mucho en arribar por fin. Maracaibo en los años 80 era muy distinta a la que hoy se aprecia en revolución. En otro barrio conocimos a Sergio, para él reparar su casa es imposible, es eso o comprar los medicamentos que necesita.
Diáspora también incide
En conjuntos residenciales y edificios se nota la diáspora, hay casas que están solas, las familias que allí vivían forman parte de la actual población migrante que tiene Venezuela, en el Zulia se ha notado más debido a que las fallas en los servicios públicos son más evidentes, al menos en los últimos 15 años. Mientras que las prioridades tanto en las familias como en general, sean suplir las necesidades elementales, serán puntuales los casos donde las casas y comercios luzcan una apariencia agradable en sus fachadas.