“Ser rico es malo”, pero en menos de un mes ha explotado una olla de corrupción destapada por el mismo régimen chavista.

Una cuantiosa cifra que ni siquiera es exacta, pero se trataría de miles de millones de dólares.

Una revolución que por décadas ha intentado vender un socialismo, y una igualdad de mentiras. El pobre se volvió más pobre y el que tuvo la oportunidad de enchufarse con el gobierno sacó tajadas grandes de una vida lujosa.

Los llaman los nuevos ricos y son los hijos de la más alta cúpula chavista y que se han dado la vida de reyes. Algunos sin hacer nada y otros armando fachadas para justificar la entrada y salida de una infinita cantidad de dinero.

Nicolás Maduro lleva un discurso repetido de un bloqueo económico y agresivo contra el pueblo venezolano, mientras que los retoños de la revolución de los dirigentes del país viven ajenos a la grave situación por la que pasa la mayoría. Desde hace años, los hijos del chavismo no tienen reparo en hacer pública su vida.

En Venezuela ellos andan en camionetas lujosas, llenos de escoltas, entre las calles del este de la capital de Caracas.

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Sin embargo, luego de haberse hecho público el desfalco a la nación, muchos de los hijos del chavismo se encuentran “guardados”, algunos siguen celebrando clandestinamente o viajando sin mucho ruido.

Las Mercedes era de uno de sus puntos para presumir sus riquezas y poder, hasta concesionarios con carros marca Ferrari.

De norte a sur, del este a oeste, los hijos de la revolución van y vienen por todo el país, su poder es alto. Controlan una infinidad de empresas, y ahora crearon marcas que son públicas en todos los eventos deportivos; culturales y sociales, una de las tantas fachadas con el dinero del país.

Desde estar en Las Mercedes, retomaron sus fiestas electrónicas, sus after party, el famoso Hotel Humboldt, Los Roques, Margarita y Canaima.

Viajes que donde se gastan miles de dólares, seguridad y una vida de lujos con mujeres que son traídas fuera de Venezuela.

No es algo nuevo, ellos han dejado en evidencia una vida de burbuja. Es una lista larga, rodeados de oro, lujo y caprichos es parte de la dinastía chavista; escándalos que se repiten en paralelo, pero lo que si es claro es que es algunos ni siquiera se cuidaron de presumir el robo a la nación.