El profesor universitario Javier Tarazona está preso desde el 5 de julio de 2020. Su rol como director de Fundaredes fue el de documentar y denunciar ante los organismos oficiales la violación de derechos humanos en las fronteras de Venezuela, reportar la presencia de grupos armados en las fronteras con Colombia y visibilizar la violencia en el país.
Durante años esta dinámica fue realizada por Tarazona hasta su detención. Casi dos años desde entonces, su vida no ha sido fácil. Cuando fue privado de libertad tenía enfermedades que con el encierro fueron empeorando e incluso aparecieron otras que comprometen su vida.
Debe tomar 19 medicamentos al día para lograr estar estable, a eso suma otros factores que le afectan, como el encierro, la ansiedad, la rotura de su rutina como docente universitario y especialmente el tiempo perdido, pues el juicio tardó un año en iniciar.
Su vida los últimos dos años ha sido difícil, no solo para él sino para su mamá, Teresa Sánchez de 69 años. A diario sufre la tristeza infinita de saber que su hijo está preso y con un estado de salud comprometido. Aunque el defensor de derechos humanos puede recibir visitas, para su mamá no es fácil viajar constantemente debido a su edad.
Las denuncias que privaron de libertad a Javier Tarazona
Durante toda su carrera como defensor de derechos humanos, Javier Tarazona hizo énfasis en la violencia desatada de la frontera de Venezuela con Colombia. En reiteradas oportunidades enumeró los grupos armados que hacen vida en el eje fronterizo y las violaciones de los derechos de quienes residen en esas zonas de ambos países. Sus denuncias fueron la razón por la que fue privado de libertad, sin embargo, meses después fueron confirmadas por voceros del chavismo.
El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, chavista desde el inicio de la gestión presidencial de Hugo Chávez, ofreció declaraciones desde el municipio fronterizo Pedro María Ureña, donde confirmó la presencia de grupos delictivos que operan allí.
“Lamentablemente del lado de Colombia vuelven a estructurarse bandas criminales, como el Cartel del golfo, La Línea y otros grupos que han desatado una ola de violencia como homicidios, robos. Ya comenzaron a amenazar a los comerciantes y los industriales de Venezuela”, dijo Bernal.
Para Teresa Sánchez, madre de Tarazona, las declaraciones del gobernador representan una de las mayores ironías que existen, debido a que justo eso fue lo que formalmente denunció su hijo ante organismos nacionales e internacionales.
“¿Cuántos años mi hijo denunció todo eso ante entes del estado?, y bueno, mire dónde está. Mientras tanto va la vida pasando, dejando de estar con sus hijos y verlos crecer. Duró un año y pico para empezar el juicio y una semana lo llevan, otra no, en ese tiempo que lleva Javier preso, imaginen cómo me puedo sentir yo”, relató Sánchez.
Un llamado al presidente Gustavo Petro
Su desesperación de madre la ha llevado a tocar todas las instancias posibles. Javier Tarazona alzó la voz por las víctimas de la violencia, especialmente en la frontera de Venezuela con Colombia, por lo que su mamá asegura que también el presidente Gustavo Petro debe tener responsabilidad al alzar la voz en favor de alguien que favoreció al visibilizar lo que ocurre también en parte de su territorio.
“Por eso yo le pido al señor presidente de Colombia que él intervenga, que abogue por la libertad de Javier. Como madre le pido a los que dirigen este país. Ya está bueno. Son dos años en una injusta cárcel, perdiéndose de dar lo mejor que él tiene”, suplicó.
El llamado es extensivo para las autoridades venezolanas que tampoco han tomado en cuenta la agilización del proceso judicial contra Javier Tarazona. Considera de injusta y lamentable la situación de su hijo y más lamentable, que los gobernantes sigan ignorando que la vida del defensor de derechos humanos está en riesgo.