(Redactado por David Gallardo) Si el régimen de Nicolás Maduro es conocido por algo, además de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, es por saber aprovechar cualquier recurso y/u oportunidad para frenar cualquier avance de la oposición venezolana. Más allá de astucia, es maldad, sin embargo no todos los ataques con frontales, a veces solo se necesita un peón como Luis Ratti.
Naturalmente la dictadura de Nicolás Maduro está en jaque dentro del tablero, pero esta mano oscura hará lo que sea: golpear la mesa, tirar el tablero, mover piezas; para salvaguardar su jugada.
Luis Ratti no es un nombre muy conocido en Venezuela, sus acciones más conocidas han sido su participación en el partido Movimiento al Socialismo (MAS) durante el periodo 1996-1999, a su vez de su candidatura en las elecciones presidenciales del 2018, la cual fue retirada días antes del uso de las urnas y le dio su apoyo al político Henri Falcón.
Tener participación directa o indirecta de los comicios presidenciales del 2018 ya es un asunto completamente sospechoso, puesto que la Comunidad Internacional cuestionó fuertemente estas elecciones y sus condiciones paupérrimas en cuanto a protección del voto, lo cual desencadenó esta crisis en la que Maduro no es un presidente legítimo, sino un dictador.
Los pasos de Luis Ratti
Por estos días Luis Ratti se perfila como un opositor del régimen de Nicolás Maduro y una alternativa fuera del círculo de la oposición, pero esto es solo un disfraz que claramente puede ser revelado por los pasos que ha tomado este político que juega a favor de la dictadura.
Hace una década, Ratti no solo era chavista, sino que era un títere de Maduro que ayudaba a mantener la memoria del presidente fallecido Hugo Chávez a través del Frente Nacional Bolivariano Hugo Chávez, organización que también se aprovechó de diferentes esquemas de corrupción del régimen venezolano utilizando, entre otras cosas, el CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción).
El Frente Nacional Bolivariano Hugo Chávez era una maniobra del régimen de Nicolás Maduro para apoyarse en la memoria del presidente fallecido, sin embargo uno de sus mayores objetivos era agudizar el control social, que buscaba adoctrinar a la población y hacerlos depender más de las migajas que ofrece la dictadura.
No obstante, si retrocedemos un poco más en los años, en el 2007 Ratti y su esposa Mérida Cabrera fueron acusados por el delito de estafa, crimen que le costó una medida cautelar sustitutiva de libertad al político, según un documento de la Sala de Apelaciones del Circuito Penal Judicial del Estado Aragua, que fue entregado a nuestro equipo de redacción por una fuente anónima.
Esta misma fuente nos aseguró que Ratti era apodado como el “Pedigüeño” durante su tiempo en la Gobernación de Aragua, puesto que consiguió porque su padre era amigo de Didalco Bolívar, exgobernador del estado Aragua.
El Pedigüeño” Ratti también trabajó en el INSAJUV (Instituto Aragueño de la Juventud), pero fue despedidos luego de dos semanas por la acusación de robarse los sellos de la institución para justificar cartas y pedir dinero.
Más allá del antecedente criminal, que claramente fue ignorado durante su candidatura a la presidencia en el 2018, Ratti mantiene su postura de opositor del régimen de Maduro, sin embargo durante años se ha mantenido cerca de figuras importantes de la dictadura.
Existen fotografías en las que acompaña a la actual vicepresidente de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. También se le puede ver muy sonriente junto a la esposa del empresario criminal Alex Saab, Camila Fabri, o con el actual gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal.
Ratti, el peón
Ratti es un político que no tiene escrúpulos cuando se trata de accionar escenarios a favor del régimen de Nicolás Maduro, no importa su supuesta postura política actual, el plan que maneja la dictadura es plantar políticos de cobertura popular menor para dividir o justificar la división de los votos en las futuras elecciones presidenciales del 2024.
Esto se puede evidenciar en su intervención momentánea del partido político opositor Primero Justicia en el 2020. Formó brevemente de las filas del partido de tolda amarilla, en aquel momento intervenido por decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de la dictadura.
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Otro ejemplo, incluso el más reciente, fue la solicitud de inhabilitación política de María Corina Machado, la cual fue un objetivo cumplido gracias al fallo ilegal de la Contraloría General de República que dictamina 15 años sin poder ocupar cualquier cargo de elección popular. Este escenario se dio por la iniciativa de Ratti, quien reiteró su interés en que la Contraloría revisara el estatus de la inhabilitación anterior de la líder del partido Vente Venezuela.
Aunque María Corina Machado ha hecho caso nulo de esta decisión y argumenta que la única fuerza que puede inhabilitarla es la ciudadanía venezolana, esto no quita el hecho que Ratti tenga el ojo puesto sobre Machado y, quien se perfila como la verdadera oposición de la dictadura, no esté corriendo el riesgo de ser víctima de señalamientos de protestas o desorden público: los argumentos favoritos de la dictadura para perseguir políticos.