(Redacción por David Gallardo) La brutal represión del régimen de Nicolás Maduro luego del fraude electoral del 28 de julio sigue cobrándole a la ciudadanía venezolana a través de la detención arbitraria de menores de edad y personas inocentes que, ante los ojos de la dictadura, no importa si estaban o no relacionados a la protesta poselectoral.
La detención arbitraria es solo el primer nivel del infierno dantesco que se desarrolla en los centros penitenciarios de Venezuela. Muchos padres denuncian que sus hijos sufren malos tratos, torturas y abusos de diferentes dimensiones físicas y mentales.
Este mismo infierno que mencionamos no solo se siente dentro de las cárceles, sino que se extiende a los familiares que viven en una constante zozobra.
Este escenario no aislado en un lapso de tiempo, las detenciones arbitrarias continúan y más familias ingresan a esta nueva forma de reprimir del régimen madurista.
Dossier Venezuela entrevistó a varias personas que han afirmado sentir un nivel alto de frustración al no recibir información de sus hijos y que las instituciones que deberían defenderlos no responden a favor de ellos.
Más de 70 adolescentes han sido acusados de terrorismo, incitación al odio, desconocimiento de la autoridad y desorden público, sin tener pruebas o evidencias que puedan sostener esta absurda acusación.
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El desgarrador audio del centro penitenciario de Caraballeda
Ayer se difundió un audio en las redes sociales que desnuda totalmente la políticas violatorias de Derechos Humanos que está aplicando el régimen de Nicolás Maduro en los centro penitenciarios contra los menores de edad que están detenidos arbitrariamente por las protestas poselectorales.
El audio tiene registrado los gritos y lamentos de las madres que se encontraban en las adyacencias del Centro de Detención Preventivo de Adolescentes y Féminas de Caraballeda.
Entre las suplicas que realizan las madres, se puede escuchar a lo lejos algo más terrorífico: los lamentos de los menores de edad tras maltratos, torturas y tratos crueles que sufren en el retén del estado Vargas.
