(Fuente: Semana / La Patilla) El testimonio de una víctima del Tren de Aragua ha denunciado las amenazas, los tratos inhumanos y torturas que realiza la megabanda criminal a quienes se crucen en su camino
“Pensé que iba a morir, ellos me amarraron, me torturaron, me golpearon y me dijeron que si no pagaba el dinero me iban a picar”, este es el relato es de Andrés*, un humilde transportador que había hecho una ‘vaca’ (colecta) con un primo para comprarse un camioncito para dejar de trabajarles a terceros y montar un pequeño emprendimiento.
Con información de Semana
El Tren de Aragua y sus crímenes
Andrés y un primo lograron reunir cerca de 90 millones de pesos para adquirir un camión turbo y por eso se pusieron a mirar en internet vehículos en venta, llegando a un aviso en el que se ofrecía un carro como el que ellos estaban buscando a un precio al que podían acceder.
El futuro comprador se encontraba en Duitama, Boyacá, y el vehículo en Cúcuta, Norte de Santander. Andrés le contó a SEMANA que el trato con el supuesto propietario del vehículo era cordial, amable, lo que les generó confianza. Luego de varios días de conversación, Andrés optó por hacer el viaje a Cúcuta para ver el camión y, si era de su agrado, sellar el negocio.
Lo que no sabía este ingenuo transportador era que iba a vivir la peor pesadilla de su vida. “Me enviaron fotos y videos del carrito y se veía bien, era muy asequible, el negocio se veía como bueno”, dijo.
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Agregó que, como todo negocio, cuando se está iniciando el vendedor era muy amable. “Me dijeron que podía llevar el carro a la Policía, que le podía hacer el peritaje que yo quisiera, hasta que me convencieron de ir a verlo a Cúcuta”, manifestó.
Explicó que, aprovechando que él tenía un viaje a Bucaramanga, decidió de allí irse hasta Cúcuta a ver el camión con el que esperaba empezar una nueva vida. “Entrando al terminal (Cúcuta) comenzaron a realizarme más seguidas las llamadas para preguntarme por dónde iba, si ya había llegado, y con el hombre que yo estaba hablando me dijo que se iba a ocupar, que me iba a contactar su hija y que ella me iba a recoger en el terminal porque él iba a recoger el carro para mostrármelo”, le relató la víctima a SEMANA.