(Fuente: El Nacional) El ahora exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, abandona su cargo diplomático luego del escándalo que se desató por los audios donde arremete fuertemente contra la Jefa de Gabinete de Gustavo Petro, Laura Sarabia, y el presidente de Colombia.
A pesar de los reclamos por más cuotas burocráticas o puestos ministeriales, Armando Benedetti gozaba de uno de los sueldos más altos en dólares de todo el cuerpo de embajadores de Colombia.
Este escándalo le costo su puesto como diplomático, pero también podría enfrentarse a citaciones ante autoridades electorales, fiscales y de Procuraduría por los dichos en el audio que revelan incluso una financiación ilegal de la campaña electoral del ahora presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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Según las normas colombianas vigentes desde el 2004, el sueldo del embajador colombiano en Venezuela es de 8 mil dólares. Esta remuneración supera a la que tiene la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, quien ganaría 500 dólares menos.
Con información de El Nacional
Aparte del sueldo
El embajador de Colombia en ese país devenga 10.000 dólares (más de 42 millones de pesos). Igual monto reciben los embajadores ante la ONU en Nueva York y la OEA, en Washington. (Vea aquí el decreto que reglamenta las asignaciones de los embajadores en el país).
El salario que hasta hace poco tuvo Benedetti, y que ahora ganará el nuevo embajador, Milton Rengifo, es muy superior al de los embajadores que menos ganan en dólares, que son los de Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua y República Dominicana, que tienen asignación de 5.500 dólares (alrededor de 23 millones de pesos).
De acuerdo con la ley, los embajadores tienen además otro tipo de beneficios, como gastos de representación que llegan hasta los 1.200 dólares al mes, unos 5 millones de pesos colombianos para los diplomáticos de mayor rango.
El patrimonio de Armando Benedetti
El 22 de agosto, poco antes de posesionarse, Armando Benedetti publicó, como es obligación entre los altos funcionarios, su declaración de renta y de conflicto de intereses. Sin embargo, no presentó la de 2021 sino la de 2020.
En ella, el exfuncionario reportó un patrimonio líquido de 1.370.842 pesos, producto de un patrimonio bruto de 2.227.984 pesos, menos deudas por 857.142 pesos.
Sus ingresos, según declaró ese año, fueron de 435.738 pesos, todos por concepto de salario y reportó como patrimonio un bien inmueble en Bogotá por valor de 2.227 millones de pesos.
Según los documentos que hizo públicos, no registró conflicto de interés alguno para ejercer el cargo, ni familiares con contratos con el Estado.