(Fuente: BBC / Alberto News) Santiago Peña, mandatario electo de Paraguay, reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, esto en el contexto de su interés por que ambos países reanuden sus relaciones diplomáticas.

En una entrevista con la cadena periodística británica BBC Mundo, el nuevo presidente de Paraguay reveló varias de sus perspectivas con respecto a la política internacional que tendrá su gobierno.

Peña ha considerado que las sanciones de Estados Unidos contra el expresidente y su padrino político, Horacio Cartes, pudo favorecer en la victoria que obtuvo al momento de ganar las elecciones

Con información de BBC Mundo

«En el balance creo que más que nada permitió unir al partido», dice Peña durante una entrevista con BBC Mundo, en referencia al establecimiento de sanciones del Tesoro de EE.UU. contra Cartes en enero por acusarlo de corrupción y de vínculos con el grupo islamista Hezbolá.

Peña, un economista de 44 años y exministro de Hacienda del gobierno de Cartes, ganó las presidenciales del domingo en Paraguay con el 43% de los votos, más de 15 puntos de ventaja sobre su seguidor más cercano, el opositor Efraín Alegre.

El conservador Partido Colorado que preside Cartes logró así mantener el poder que ha ejercido durante los últimos 76 años en el país sudamericano excepto por el lustro de 2008 a 2013, y conquistar mayorías en el Congreso.

¿Paraguay recobrará relaciones con Nicolás Maduro?

Peña anticipa ahora que Cartes será «un gran soporte» de su gobierno, descarta romper los vínculos históricos de Paraguay con Taiwán para entablarlos con China, y anuncia que restablecerá relaciones con Venezuela.

¿Qué va a hacer con las relaciones diplomáticas con Venezuela, que el actual presidente paraguayo Mario Abdo rompió en 2019 cuando Nicolás Maduro asumía un nuevo mandato que consideró ilegítimo?

Muchos veíamos con una grave preocupación el proceso electoral y la defensa de los derechos humanos en Venezuela, por muchos años.

Cuando estábamos en el gobierno teníamos una posición muy crítica sobre eso y reconocíamos al gobierno de Maduro.

Pasó lo que pasó en las últimas elecciones. Se hizo un intento de establecer a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea y que pueda ejercer la presidencia de la República. Ese intento no prosperó. Y claramente creo que Paraguay debe restablecer las relaciones con el pueblo de Venezuela.

Ver más: Venezuela podría experimentar una estanflación

Tenemos que avanzar en un proceso de integración y ser respetuosos de cada uno de los países. Tenemos todo el derecho de ser siempre una voz firme por la defensa de los derechos humanos y pedir la realización de elecciones limpias, participativas y que no haya ninguna duda sobre las autoridades que tienen que juzgar.

En términos concretos, quiero restablecer las relaciones con Venezuela, que podamos acercar a nuestros pueblos y ojalá el pueblo de Venezuela pueda encontrar a través del libre ejercicio de la voluntad popular la elección de sus autoridades.

¿Pero para usted el gobierno de Maduro es legítimo o ilegítimo como definió el presidente Abdo, que integra su mismo partido?

Hoy hay un solo presidente en Venezuela y ese presidente se llama Nicolás Maduro. No hay una alternativa.

Entonces tenemos que trabajar con Venezuela. Y trabajar con Venezuela no tiene que impedirnos tener una posición crítica, en contra de la falta de garantías.

La respuesta concreta es restablecer las relaciones con Venezuela, tener un embajador en Caracas y que podamos tener un diálogo con las autoridades de ese país.

¿Cómo se define ideológicamente?

Me defino como una persona que quiere ver el progreso de nuestros países sin prejuicio sobre aquellos que puedan tener una visión más sesgada hacia la derecha o la izquierda.

Lo que quiero para mi país es progresar. Creo en el Estado de derecho. Creo en el libre mercado. Pero también creo en una presencia fuerte del Estado en aquellas áreas en que tiene un rol indelegable: en la provisión de servicios públicos como la salud, la educación y la seguridad.

Probablemente podría sí identificarme a una persona de centro, con un fuerte convencimiento de las fuerzas del mercado y una enorme sensibilidad social. Que en países como los nuestros que tienen tantas riquezas no hay derecho de que haya gente en la pobreza.