En el marco de las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la dirigente opositora María Corina Machado y su equipo económico sostuvieron encuentros con representantes de los bancos de inversión Barclays y JP Morgan, así como con otros actores relevantes del sistema financiero global, con el objetivo de afianzar el compromiso internacional con la transición democrática en Venezuela.
Machado fue contundente en su mensaje: “El colapso del régimen de Nicolás Maduro no es una posibilidad, es un hecho en desarrollo. Ya no se trata de si va a caer, sino de cuándo. Y ese cuándo está mucho más cerca de lo que muchos imaginan”, afirmó ante los inversionistas.
Una transición inminente
Según la líder de Vente Venezuela, “todos los vectores están alineados hacia una transición democrática”, desde el rechazo masivo de la población, hasta una creciente fractura interna en el régimen y una presión internacional más coordinada y firme, en especial desde la administración del presidente Donald Trump.
“El sistema actual es insostenible, en lo económico, en lo político y en lo moral”, subrayó. “Y frente a ese colapso, ya estamos listos para construir una nueva Venezuela que represente la mayor oportunidad de inversión del hemisferio para las próximas décadas”.
Una economía abierta y con seguridad jurídica
Durante las reuniones, Machado y su equipo —entre ellos los economistas Rafael De la Cruz y Gustavo García— presentaron el plan económico de transición, basado en la apertura total al capital privado, seguridad jurídica, condiciones fiscales competitivas y un modelo de desarrollo multisectorial.
“No se trata solo de petróleo y gas. Venezuela tiene un potencial extraordinario en al menos once sectores estratégicos: agroindustria, turismo, minería, energías renovables, infraestructura, telecomunicaciones, educación, manufactura, biotecnología, salud y tecnología”, explicó Machado.
Por su parte, Rafael De la Cruz enfatizó que “estamos promoviendo un escenario ganar-ganar para el país y los inversionistas. Una Venezuela libre ofrecerá estabilidad institucional, seguridad jurídica y reglas claras para operar con confianza”.
Una reestructuración como oportunidad
El enfoque ante los acreedores también fue abordado. Gustavo García explicó que la reestructuración de la deuda venezolana será una puerta de entrada, no una barrera, y que el proceso buscará ser “constructivo, único y definitivo”.
“No será una reestructuración prolongada ni litigiosa. Lo que buscamos es restablecer rápidamente la sostenibilidad fiscal y externa, para abrir paso a un ciclo virtuoso de inversión y crecimiento compartido”, afirmó.
Machado adelantó que el sector petrolero será operado al 100% por empresas privadas, bajo un esquema en el que el Estado asumirá exclusivamente un rol regulador, “eficiente, técnico y transparente”.
Apoyo de Washington y llamado a los aliados
El equipo reiteró que mantienen una comunicación fluida con la administración estadounidense y con actores clave en Washington. “Valoramos profundamente el respaldo firme del presidente Trump a la causa democrática en Venezuela y las recientes medidas que intensifican la presión sobre la dictadura”, expresó De la Cruz.
Machado finalizó su intervención ante los representantes del sistema financiero internacional con un llamado claro:
“Una Venezuela libre será el mayor caso de éxito económico y político del hemisferio. Esta es una transición seria. Estamos listos. Y necesitamos aliados que crean, inviertan y crezcan con nosotros”, concluyó.
Las reuniones marcaron un paso firme en la estrategia opositora de consolidar confianza en la comunidad financiera global y preparar el terreno para el rescate económico de Venezuela tras la salida del régimen chavista.