Un estudio del Programa de Libertad de Expresión y Derecho a la Información (Proledi) de la Universidad de Costa Rica reveló que Cuba, Venezuela y Nicaragua son responsables del 92% de los 913 periodistas latinoamericanos forzados al exilio entre 2018 y 2024. El informe Voces desplazadas: radiografía del exilio periodístico latinoamericano denuncia cómo los crímenes de lesa humanidad de estos regímenes, caracterizados por persecución política y represión estatal, han obligado a comunicadores a huir para proteger sus vidas. En Venezuela, la escalada represiva tras el fraude electoral del 28 de julio de 2024 intensificó esta crisis, silenciando voces críticas y socavando la democracia.

El estudio, respaldado por la Unesco, señala que en Venezuela el Poder Ejecutivo, liderado por Nicolás Maduro, utiliza instituciones estatales para hostigar a la prensa. “La persecución incluye detenciones arbitrarias, acoso digital y campañas de desinformación”, afirmó Giselle Boza Solano, coordinadora de Proledi. Un Mundo sin Mordaza reportó 55 ataques a medios y 191 agresiones a periodistas en 2024, prácticas calificadas como crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI).

Persecución estatal y silenciamiento informativo

En Venezuela, la represión se recrudeció tras las elecciones fraudulentas, con 2.501 detenciones políticas, según Un Mundo sin Mordaza. Periodistas enfrentan cargos como “incitación al odio” o “terrorismo” por informar sobre la victoria de Edmundo González, respaldada por el 85,22% de las actas electorales.

“El régimen de Maduro criminaliza la verdad para mantenerse en el poder”, denunció Óscar Mario Jiménez, coordinador del estudio. Esta persecución ha generado “desiertos informativos”, vulnerando el derecho a la libertad de expresión.

Los países receptores, como Argentina, Colombia, España y EE.UU., acogen a estos profesionales, pero muchos abandonan el periodismo por dificultades económicas y legales. “Ejercer el periodismo en el exilio es un desafío: rechazo, xenofobia y falta de financiamiento dificultan la sostenibilidad”, explicó Boza. En Venezuela, medios independientes como El Nacional enfrentan bloqueos digitales, forzando a periodistas a operar desde el exterior.

Un ataque a la democracia

El informe destaca que el periodismo en estos países trasciende la producción de noticias, convirtiéndose en “activismo democrático” y memoria histórica. Sin embargo, la persecución transnacional y la inestabilidad económica empujan a muchos a dejar la profesión. “Que 900 periodistas hayan sido desplazados es un ataque directo a la democracia”, afirmó Jiménez, urgiendo a los gobiernos a proteger la libertad de prensa.

La resistencia venezolana, liderada por figuras como María Corina Machado, sigue denunciando los crímenes de lesa humanidad del régimen. “Maduro encabeza una estructura criminal”, afirmó Machado, vinculando la represión al Cártel de los Soles. Mientras la CPI investiga, el exilio de periodistas evidencia la urgencia de restaurar la democracia y la verdad en Venezuela, donde la libertad sigue bajo asedio.