El presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia aseguró que Venezuela vive un punto de inflexión histórico y que el proceso de cambio democrático debe ir más allá de lo político.
«Hoy, más que nunca, necesitamos prepararnos para un tiempo de transición. Esa transición no será solo institucional, sino también moral y social. Significa reconstruir la confianza entre los venezolanos, abrir espacios donde la memoria tenga un lugar y donde las víctimas encuentren la verdad y reparación», expresó en un mensaje en video compartido durante el foro Venezuela, Memoria y Justicia que se llevó a cabo en Panamá.
El mandatario electo destacó que los testimonios de víctimas de persecución política y negación de derechos fundamentales confirman que la justicia es una deuda pendiente.
«La justicia no es una consigna, sino una tarea que marcará el futuro del país», subrayó.
González Urrutia recordó que su propuesta de gobierno, Tierra de Gracia, recoge tres prioridades: atender la emergencia humanitaria y social que afecta a millones de familias; reinstitucionalizar la vida pública para que la justicia y la transparencia sean norma; e impulsar la recuperación económica que devuelva oportunidades y reduzca la migración forzada.
«El reto que enfrentamos no es únicamente salir de una crisis, sino entrar en una etapa distinta donde la justicia y la democracia convivan en equilibrio. Esa responsabilidad no recae en una sola persona ni en un solo liderazgo, sino en la suma de esfuerzos ciudadanos dentro y fuera del país», señaló.
Insistió en que los procesos de democratización requieren organización, reglas claras y acompañamiento internacional, como lo han demostrado otras transiciones en el mundo.
«Con la unidad de nuestra sociedad y el respaldo de la comunidad internacional, la transición será un cambio político y el comienzo de una nueva vida republicana», afirmó Edmundo González.
El opositor concluyó reafirmando su convicción de que «Venezuela tiene la fuerza y el talento para renacer».
Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente presión internacional contra Maduro, tras la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista global por EE. UU., con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.