Tras 206 días de desaparición forzada, familiares y activistas confirmaron este lunes la ubicación del periodista Rory Branker, editor de La Patilla, en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Boleíta (Zona 7), Caracas, a donde fue trasladado hace dos días.

Su madre, Anna Branker, fue la única en verlo, constatando que su estado físico es “aceptable dentro de las circunstancias”. La familia logró entregarle por paquetería una colchoneta, almohada, ropa, medicamentos y alimentos, pero no hay información oficial sobre cargos ni presentación ante tribunales.

Esta confirmación, tras una búsqueda infructuosa ante la Fiscalía y Defensoría del Pueblo, resalta las violaciones sistemáticas de derechos humanos del régimen de Nicolás Maduro, que ha mantenido a Branker oculto desde su detención el 20 de febrero de 2025 por agentes del SEBIN, en un patrón de represión contra la prensa crítica.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y Espacio Público denunciaron la detención como desaparición forzada, con Branker capturado al salir de su residencia y dos laptops incautadas en un segundo allanamiento. La CIDH otorgó medidas cautelares en agosto de 2025 para proteger su vida e integridad, pero el Estado venezolano no ha respondido a solicitudes de información sobre su paradero. Branker, de 43 años, fue el primero de 15 periodistas detenidos tras el fraude electoral de julio de 2024, según el SNTP, en un contexto donde La Patilla opera con VPN para evadir censura.

La familia y activistas exigen su libertad inmediata: “Rory es inocente, y las irregularidades no pueden ser ignoradas”. Branker mismo informó por llamada su traslado, confirmando datos previos de la familia. Este caso, con 206 días de incertidumbre jurídica, viola el debido proceso y la presunción de inocencia, agravado por la salud del periodista.