(Redactado por David Gallardo) Un operativo de la Dirección General Contra Inteligencia Militar (Dgcim) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) se llevaron detenido a 10 funcionarios del Palacio de Justicia de Maracaibo, entre ellos el presidente del Circuito Judicial Penal, Pedro Velasco.

La información fue emitida por la periodista Madelyn Palmar, quien informó a través de su cuenta de la red social X (Twtter) que los funcionarios del Dgcim y Sebin ingresaron de forma coordinada a la instalaciones y se enfocaron en la aprehensión de jueces y personal administrativo.

Las juezas Maurelys Vílchez y Maryorie Plaza, así como la secretaria del despacho del juez Velasco se encuentran dentro del grupo de personas detenidas.

El operativo

Según la información de la periodista, los funcionarios del Dgcim y Sebin restringieron el acceso al Palacio de Justicia mientras tomaban control de la Dirección Administrativa y la Presidencia del Circuito Judicial Penal, sellando así las entradas y salidas del edificio.

También se señala que el operativo podría extender al núcleo que tiene el Ministerio Público en el estado Zulia.

Ver más: Oscar Murillo tras comparecer a citación ante el CICPC: «Las organizaciones de Derechos Humanos no estamos disputando el poder político a nadie»

Persecución política en Maracaibo

En los últimos tres meses, el régimen de Nicolás Maduro se ha enfocado en la persecución de diferentes figuras de poder en el estado Zulia, resaltando el arresto injustificado de Rafael Ramírez Colina, quien fungía como alcalde de Maracaibo. Dicha aprehensión se extendió a diferentes miembros del despacho municipal, incluyendo a Pedro Guanipa, quien también es hermano de Tomar y Juan Pablo Guanipa, dirigentes de Primero Justicia.

El ministro de Interior, Justicia y Paz del régimen madurista, Diosdado Cabello, recientemente justificó estas detenciones con señalamientos de corrupción contra los dirigentes, asegurando que se usaron fondos de la alcaldía para financiar la campaña electoral de Edmundo González Urrutia y a activistas «violentas».