Un testigo anónimo, vecino de una de las víctimas, confirmó a Univisión que la lancha bombardeada por Estados Unidos el 2 de septiembre en el Caribe transportaba drogas, contradiciendo las negaciones del régimen de Nicolás Maduro. El informante, que conocía al fallecido conocido como «El Che» —cuyo deceso confirmó su familia—, reveló que este se dedicaba a «hacer entregas a carteles internacionales» y era «uno de los pequeños» en la cadena de narcotráfico. Esta confesión, proveniente de San Juan de Unare (Sucre), zona controlada por el crimen organizado, expone la red del Tren de Aragua, ligada al chavismo, y desmiente las declaraciones de Diosdado Cabello, quien insistió en que las 11 víctimas eran inocentes pescadores, no narcotraficantes.
El testigo detalló: “En cada lancha viajan tantas personas como sacos de droga cargan. Cien sacos son cien personas que van a trabajar, cada uno lleva un saco”.
Fuentes de El Pitazo indican que dos embarcaciones cruzaron la misma ruta antes del ataque, reforzando que San Juan de Unare es un bastión del narcotráfico, identificado por inteligencia estadounidense desde hace años. La lancha, un «go-fast» típico para contrabando, partió de Sucre hacia Trinidad y Tobago, separada por solo dos horas de mar, una ruta histórica para drogas, armas y trata de personas.
Cabello, en una plenaria del PSUV, rechazó la versión de Washington: “Hemos hecho nuestras investigaciones… Ninguno era del Tren de Aragua, ni narcotraficantes, ni llevaban drogas. Se ha cometido un asesinato”.
Cuestionó la identificación: “¿Cómo los identificaron? ¿Tendrían un chip, un código QR?”. Sin embargo, el presidente Donald Trump y el secretario Marco Rubio confirmaron el ataque letal contra «narcoterroristas del Tren de Aragua», designado organización terrorista por EE.UU. en febrero de 2025, operando bajo control de Maduro. La droga, valorada en 120 millones de dólares, era cocaína producida por disidentes de las FARC.