El opositor venezolano Julio Borges arremetió contra el presidente colombiano Gustavo Petro por difundir un video en X que exalta a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), acusándolos de defender a Nicolás Maduro, líder de un régimen implicado en narcotráfico y violaciones de derechos humanos.
“Es una vergüenza que pretenda encubrir a Maduro, un narcotraficante y miembro del Cártel de los Soles”, escribió Borges el 10 de agosto de 2025, respondiendo a Petro, quien llamó a la unidad entre Colombia y Venezuela, afirmando que ambos pueblos comparten “la misma bandera, la misma historia”.
Este respaldo de Petro a Maduro, en un contexto de creciente presión internacional, desata críticas por ignorar las atrocidades del régimen venezolano.
La DGCIM: Un instrumento de terror
Borges enfatizó que la DGCIM no representa al ejército venezolano, sino una “estructura criminal” señalada por el Alto Comisionado de la ONU por torturas, detenciones arbitrarias, asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzadas. La Misión de la ONU (2024) documentó que la DGCIM, bajo figuras como Alexander Granko Arteaga, perpetró crímenes de lesa humanidad, incluyendo la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo en 2019 y la masacre de El Junquito en 2018.
Amnistía Internacional reportó 15 desapariciones forzadas entre julio de 2024 y junio de 2025, muchas orquestadas por este organismo. El caso de Andreina y Margareth Baduel, acosadas por agentes de la DGCIM desde junio de 2025, refleja esta represión sistemática.
Petro y su apoyo controversial
Petro, en su publicación del 9 de agosto, defendió la “solución política” para Venezuela y criticó la recompensa de 50 millones de dólares de EE. UU. por Maduro, anunciada por la fiscal general Pam Bondi.
También replicó un comunicado de la FANB que rechaza la presión estadounidense, mientras afirmó que el chavismo lo apoya en la lucha contra el narcotráfico en la frontera. Sin embargo, la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista por Marco Rubio y la orden de Trump para usar fuerza militar contra carteles, incluyendo el liderado por Maduro, contradicen esta narrativa. La liberación de Alex Saab y de presuntos miembros del Tren de Aragua en un canje de presos refuerza las acusaciones de complicidad del régimen con el crimen organizado.
Un contexto de represión y fractura
La defensa de Petro llega en un momento crítico. Foro Penal reporta 807 presos políticos, con traslados arbitrarios desde El Helicoide y restricciones alimentarias que agravan las condiciones inhumanas. La CIDH denunció un “clima de miedo” tras el fraude electoral de 2024, mientras el feminicidio de Génesis Medina en Yaracuy evidencia la vulnerabilidad de las mujeres bajo el régimen.
La presencia de Granko Arteaga en España, a pesar de sanciones de la UE, expone las fallas en la justicia internacional. Borges, respaldado por María Corina Machado, acusó a Petro de legitimar un narcoestado que desestabiliza la región, especialmente tras el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay en Colombia.
Llamado a la coherencia regional
La postura de Petro, que ignora las sanciones de EE. UU., la UE y la investigación de la Corte Penal Internacional, debilita la lucha por la democracia en Venezuela. La Cumbre UE-CELAC del 9 y 10 de noviembre debe abordar esta crisis, exigiendo la liberación de presos como Alberto Trentini y el cese de la represión.
Como afirmó Borges, “encubrir a Maduro es traicionar los valores de Bolívar”. La comunidad internacional debe unirse para desmantelar el narcoestado de Maduro y garantizar justicia para las víctimas de su régimen criminal.