El 25 de julio de 2025, Estados Unidos designó al Cártel de los Soles, liderado por Nicolás Maduro, como Organización Terrorista Extranjera (FTO) y Grupo Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT), un paso que agrava las acusaciones de crímenes de lesa humanidad contra el régimen venezolano. Esta medida, anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), señala al cártel por su rol en el narcotráfico, el apoyo al Tren de Aragua y al Cártel de Sinaloa, y la desestabilización del hemisferio. Las sanciones, congelación de activos y restricciones legales buscan desmantelar una red criminal que perpetúa la crisis humanitaria en Venezuela, según el Departamento del Tesoro.
La designación impone sanciones severas, congelando bienes en jurisdicciones estadounidenses y prohibiendo la entrada a EE. UU. de individuos vinculados. “Usaremos todos los recursos para evitar que Maduro lucre con la destrucción de vidas”, afirmó el Departamento de Estado en X. Esta acción, respaldada por el FBI, apunta a desarticular la estructura financiera del cártel, acusada de traficar toneladas de cocaína desde 1999.
Implicaciones legales y aislamiento global
Bajo la ley estadounidense (18 U.S.C. §2339B), proveer apoyo material a una FTO, como financiamiento o logística, es ilegal y puede acarrear cargos federales. Esto complica cualquier interacción con el régimen, incluso negociaciones diplomáticas, que requieren licencias de la OFAC. Bancos internacionales, temiendo sanciones, podrían evitar transacciones con Venezuela, profundizando su aislamiento financiero.
“Maduro lidera una estructura criminal”, afirmó María Corina Machado, vinculando el cártel a los crímenes de lesa humanidad investigados por la Corte Penal Internacional (CPI).
La designación también abre la puerta a acciones encubiertas o vigilancia reforzada, justificadas por la amenaza terrorista. Según The New York Times, el FBI intensificará investigaciones contra figuras como Diosdado Cabello, acusado de ser un pilar del cártel. La medida responde a demandas de legisladores republicanos desde 2017, reforzadas por cargos de 2020 contra Maduro por narcoterrorismo.
Un régimen acorralado por su propio crimen
La designación complica iniciativas diplomáticas de la ONU o la UE, ya que cualquier coordinación con el régimen podría interpretarse como apoyo a una FTO. Esto afecta a ONG y exdiplomáticos, quienes enfrentan riesgos legales por facilitar diálogos. El Tren de Aragua, ligado al cártel, ha expandido el tráfico de personas y la violencia en América Latina, agravando los crímenes de lesa humanidad. Human Rights Watch señala que la corrupción en PDVSA y las Fuerzas Armadas, controladas por el cártel, financia la represión contra opositores.
Mientras el régimen ignora las acusaciones, la oposición, liderada por Machado y Edmundo González, exige una transición democrática tras el fraude del 28 de julio de 2024. La presión internacional, combinada con la resistencia interna, busca desmantelar un sistema que usa el narcotráfico para perpetuarse, dejando a Venezuela al borde del colapso. La lucha por la verdad y la libertad no cede.