El economista y dirigente político de Voluntad Popular, Luis Somaza, cumple 76 días detenido arbitrariamente en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), en El Helicoide, sin acceso a defensa privada, sin visitas familiares y con un proceso legal completamente estancado.

Desde el pasado 12 de febrero, cuando fue detenido por hombres encapuchados y vestidos de negro, su familia ha vivido una odisea marcada por la incertidumbre, el aislamiento forzado y la preocupación por su salud. Durante 15 días, su paradero fue desconocido, lo que constituye una desaparición forzada, hasta que el defensor público 74 informó finalmente que se encontraba en El Helicoide.

Pruebas de vida: ropa sucia con sangre y cartas dictadas

La única conexión tangible con Luis han sido las manchas de sangre y pus en la ropa sucia que devuelve el Sebin, reflejo de la hidroadenitis supurativa que padece desde hace más de una década. Esta enfermedad autoinmune provoca lesiones dolorosas que se agravan en condiciones de estrés, como las que vive Somaza en reclusión.

Además, su familia ha recibido mensajes escritos a mano por el dirigente, pero que los custodios leen en voz alta y luego retienen, sin permitir a los familiares conservarlos. En esas notas, Somaza detalla los productos que necesita para sobrellevar el aislamiento. Su hermana, Valeria Somaza, se ha encargado de documentar todo con lápiz y papel, ya que no se permite el uso de celulares.

“No está en condiciones óptimas”

“Lo que más me preocupa es su estado de salud. Ni siquiera un médico tratante ha tenido derecho a verlo”, denunció Valeria en declaraciones a Efecto Cocuyo. Las evidencias físicas de su enfermedad no dejan dudas de su deterioro, pero no se sabe si recibe atención médica ni si le son entregados los medicamentos que su familia lleva semanalmente.

Cada martes y jueves, días de entrega de paquetes en El Helicoide, se han convertido en una rutina agotadora emocional y económicamente. Mientras tanto, sus hijos de 5 y 7 años preguntan constantemente por él. “El mayor dice: ‘Él debería tener derechos, deberíamos verlo’”, contó su hermana.

Sin derecho a defensa privada

A nivel judicial, Luis Somaza tampoco ha podido designar un abogado de confianza. La solicitud fue rechazada porque debía estar firmada por el propio detenido, algo imposible ante su aislamiento. El caso permanece paralizado y el defensor público no ha realizado avances significativos.

La hermana de Somaza interpuso un amparo constitucional y múltiples denuncias sin obtener respuesta. “Agotamos todos los recursos y no hay respuesta”, lamenta.

Una detención con tintes políticos

Dos días después de su detención, Diosdado Cabello confirmó el arresto públicamente, acusándolo sin pruebas de “controlar los fondos de ONG vinculadas a Juan Guaidó y Leopoldo López”. Desde entonces, no se han presentado cargos formales ni se le ha permitido comparecer ante un juez con garantías.

La exigencia de justicia

La familia de Luis Somaza exige su liberación inmediata, el fin del aislamiento, y que se le permita recibir visitas, atención médica adecuada y un proceso judicial transparente, con acceso a una defensa legal privada.

“Queremos verlo, saber que está bien”, reitera su hermana, quien sigue dando la batalla por la libertad de su hermano, como muchas otras familias venezolanas que enfrentan el silencio del Estado y la violación sistemática de derechos humanos.