(Fuente: El Nacional) El desbordamiento del río Orinoco, provocado por las intensas lluvias, han dejado a más de 1.500 damnificados, principalmente en los municipios Atabapo y Atures del estado Amazonas, así como en comunidades del estado Bolívar.

Miguel Rodríguez, gobierno del estado Amazonas, ha informado a medios locales que los afectados pertenecen a cerca de 250 familias que se encuentran en refugios improvisados.

Esta crecida del rio también amenaza infraestructuras que se encuentran críticas, como la planta eléctrica Atabapo, la cual quedó fuera de servicio durante una emergencia similar en 2018.

Con información de El Nacional

En el municipio Cedeño del estado Bolívar fue necesario desalojar la localidad de Puerto Nuevo El Burro, donde las aguas alcanzaron todas las viviendas. En Ciudad Bolívar, sectores como La Toma, El Edén y El Almacén permanecen anegados y las familias no disponen de opciones de reubicación inmediata.

Familias atrapadas en zonas anegadas por el río Orinoco

“Estamos refugiándonos en sitios más altos. Nos han dado comida, pero de ahí más nada”, lamentó Lucas Ramos, habitante de La Toma. Como él, decenas de vecinos han debido improvisar mudanzas de emergencia para salvar electrodomésticos y otras pertenencias.

Testimonios recogidos por Radio Fe y Alegría Noticias evidenciaron una situación repetitiva y predecible, pero sin respuestas estructurales. “Esto tiene años. Con la naturaleza no se puede pelear”, dijo Manuel Ramos, de 75 años de edad, preocupado por dejar sola su casa y sus animales.

Aunque el alcalde de Angostura del Orinoco, Sergio Hernández, aseguró que aún no es necesario habilitar refugios, los habitantes piden al gobierno reubicación definitiva. “Hay casas deshabitadas por migración. Esos terrenos pueden usarse para nuevas viviendas”, sugirió un residente.

Enfermedades y pérdidas económicas por fuertes lluvias en el sur del país

Las lluvias en el sur del país también han generado consecuencias sanitarias. En sectores como El Almacén, vecinos denunciaron la proliferación de plagas y enfermedades, y exigieron jornadas de fumigación y atención médica.

“Necesitamos que venga un operativo de salud. Esta crecida trae malaria, diarrea, vómito… Vinieron una vez, pero no ha vuelto más nadie”, declaró Andrea, residente de la zona, al medio.

La emergencia también impactó directamente la economía local, con pérdidas en cultivos de auyama y patilla, así como más de 5.000 hectáreas de caña de azúcar en el estado Portuguesa. Comerciantes informales de cachapa y pescado, dependientes del acceso al río, también informaron que el sustento propio y el de sus familias está comprometido.