(Fuente: Efecto Cocuyo) El cardenal Pietro Parolina, secretario de Estado del Vaticano, ha presidido la misa de acción de gracias por la canonización de San José Gregorio Hernández y la Santa María Carmen Rendiles, proclamados el domingo por el Papa León XIV.
La celebración reunión a obispos, sacerdotes, autoridades y peregrinos de Venezuela que viajaron a Roma para este histórico momento. A través de un mensaje de esperanza, el cardenal Parolin exhortó a la nación a «liberar a los oprimidos».
“¡Solo así, querida Venezuela, pasará de la muerte a la vida! Solo así, tu luz brillará en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”, dijo.
“abrir las prisiones injustas, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos” y a construir un futuro basado en “la justicia, la verdad, la libertad y el amor”.
Con información de Efecto Cocuyo
El cardenal enfatizó la necesidad de respetar los derechos humanos, fomentar la convivencia democrática y buscar soluciones comunes a los problemas del país, colocando el bien común como prioridad.
“Solo así, querida Venezuela, podrá responder a tu vocación de paz”, afirmó.
Finalmente, Parolin calificó la canonización como un “Kairos, un momento oportuno” para que Venezuela emprenda este camino de renovación.
“¡No lo dejen pasar inútilmente! Los nuevos santos intercedan para que sigan adelante con esperanza y empeño”, concluyó, invocando la intercesión de san José Gregorio y santa María Carmen para el pueblo venezolano.
La misa, acompañada por la imagen de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, fue un momento de profunda comunión espiritual, marcando un hito en la historia religiosa y social del país.
Júbilo por los nuevos santos
“Nuestros corazones están llenos del mismo gozo que hemos probado ayer en la plaza de San Pedro, porque Venezuela tiene sus primeros santos. No uno, sino dos: santos para todos”.
En su homilía, destacó la vida ejemplar de ambos santos, quienes, inspirados por la fe, respondieron al llamado de la primera lectura (Isaías 58, 6-11) a compartir el pan con el hambriento, acoger a los necesitados y romper las cadenas de la injusticia.
Sobre San José Gregorio Hernández, Parolin resaltó su dedicación como médico y consolador: “Lo vemos solícito, recorriendo a pie las calles de la ciudad, llevando la pericia médica, pero también el bálsamo del consuelo. Muchos decían que solamente su presencia era sanadora”.
En cuanto a Santa María Carmen, el cardenal la describió como “la mujer fuerte, que trabaja y construye, garante de la transmisión de la fe”, celebrando en ella “la fuerza del genio femenino venezolano”.