Al cumplirse 400 días desde que solicitaron asilo diplomático, los cinco opositores venezolanos refugiados en la residencia de la Embajada de Argentina en Caracas renovaron este jueves su exigencia por la emisión inmediata de salvoconductos que les permitan salir de Venezuela sin ser detenidos, como lo establece la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, suscrita y ratificada por el Estado venezolano.
Magallí Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, todos miembros del equipo político de María Corina Machado, dirigieron un comunicado a los gobiernos del argentino Javier Milei y del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, así como a todos los países firmantes de dicha convención, solicitando su intervención urgente.
“El día de hoy, cumplimos 400 días en este lugar, a la espera de los salvoconductos que establece la legislación internacional (…) y que el régimen se niega a cumplir”, expresaron los asilados. “Exigimos que esta gestión se realice sin más demora”.
Graves condiciones de reclusión en sede diplomática
Los cinco opositores denunciaron nuevamente el deterioro de sus condiciones de vida dentro de la residencia diplomática. Indicaron que llevan cinco meses sin electricidad ni agua, luego de que fueran retirados los fusibles del sistema eléctrico y suspendido el suministro de agua corriente.
“Sufrimos todo tipo de atropellos físicos, mentales y emocionales, acompañados del permanente asedio y de la falta de servicios básicos elementales”, señalaron, refiriéndose al cerco impuesto por fuerzas de seguridad del régimen de Nicolás Maduro.
Ante estas condiciones, los asilados sobreviven con alimentos enlatados y emplean un ventilador alimentado por panel solar, que también funciona como punto de carga para sus teléfonos móviles.
Asistencia de la Cruz Roja y custodia brasileña
El pasado 12 de abril, la Cruz Roja Venezolana (CRV) confirmó que brindó asistencia médica a los cinco opositores, tras la aceptación de las partes involucradas. No obstante, no se ofrecieron mayores detalles sobre el estado de salud de los asilados o la frecuencia del apoyo humanitario.
Desde agosto de 2024, la sede diplomática argentina en Caracas está bajo la protección de Brasil, luego de la expulsión del cuerpo diplomático argentino por parte del régimen de Maduro. En septiembre, el gobierno venezolano revocó la autorización a Brasil como custodio de la misión diplomática tras acusaciones de supuesta planificación de actos “terroristas” en su interior.
Pese a ello, el gobierno brasileño ratificó que continuará defendiendo los intereses de Argentina en Venezuela hasta que Buenos Aires designe a un nuevo Estado aceptado por Caracas.
Los asilados aseguran que su caso constituye un grave precedente de violación sistemática a los principios del derecho internacional en materia de asilo diplomático y protección consular.
“La Convención sobre Asilo Diplomático y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas están siendo incumplidas de manera permanente y sistemática por las autoridades venezolanas”, denunciaron.
Recalcaron que ningún país debe permitir que se utilicen sus recintos diplomáticos para ejecutar represalias, impedir el acceso a servicios básicos o retener de facto a opositores por razones políticas.
Llamado urgente a la comunidad internacional
En su pronunciamiento, los cinco opositores hicieron un llamado a la comunidad internacional y en especial a los gobiernos de Brasil y Argentina, para que intensifiquen las gestiones diplomáticas en favor de su liberación y salida segura.
“Este es el momento de hacer valer los compromisos adquiridos por la comunidad internacional. No puede permitirse que los recintos diplomáticos se conviertan en centros de reclusión política, sin respeto alguno a los convenios suscritos por los propios Estados”, sentenciaron.
La situación de estos cinco venezolanos se suma a la creciente ola de denuncias de persecución política por parte del régimen de Nicolás Maduro, acusado por organismos internacionales de violar de forma sistemática los derechos humanos y de reprimir toda disidencia con detenciones arbitrarias, torturas y restricciones al asilo.
La presión internacional será clave en los próximos días para destrabar una crisis diplomática que ha puesto a prueba los principios básicos del derecho internacional humanitario y la soberanía de las misiones extranjeras.