(Fuente: El Nacional) Se cumple un mes desde la promesa del régimen de Nicolás Maduro de anexionar el Esequibo a Venezuela, tiempo en el que no han faltado los discursos propagandísticos y de ataque contra Guyana, mientras tanto dicho país sigue en control de la zona en disputada.

Toda esta maquinaria comunicacional prácticamente se ha traducido en una propaganda nacionalista desde el 03 de diciembre, cuando el régimen se sintió validado para aplicar control sobre el área. Esta conducta encendió las alarmas en la Comunidad Internacional por la posibilidad de un conflicto bélico entre los dos países.

Con información de El Nacional

Con Nicolás Maduro en la esquina venezolana del cuadrilátero y el presidente Irfaan Ali en el lado guyanés, la pelea ha tenido como árbitros a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Comunidad del Caribe, la Organización de las Naciones Unidas y, muy especialmente, al mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Aunque las voces han llegado a la estridencia, Venezuela, que insiste en asegurar que el Esequibo le pertenece, no ha tomado ninguna acción ofensiva y ha puesto freno a sus altisonantes planes, especialmente luego del diálogo binacional que tuvo lugar en San Vicente y las Granadinas el 14 de diciembre, cuando Maduro y Ali se comprometieron a no amenazarse mutuamente.

Sin cruzar el Rubicón

Molesto con quienes insisten en el carácter no vinculante del referendo, Maduro anunció nueve acciones «contundentes» para demostrar que hablaba en serio cuando dijo que haría cumplir el mandato popular expresado en las urnas, según el cual casi 100% de los que votaron aprobaron anexionarse el Esequibo.

Así, ordenó crear una división militar en una zona venezolana cercana -pero no fronteriza- al territorio disputado, en el mismo punto en que funcionará la sede del gobierno de lo que pretende asea una nueva región, llamada Guayana Esequiba, para la que asignó un presupuesto de casi 680 millones de dólares.

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Además, el líder chavista anunció el comienzo de la entrega de la nacionalidad venezolana a quienes residen en el área bajo litigio -casi todos comunidades indígenas- y la expedición «inmediata» de licencias para la explotación petrolera del territorio, donde ya trabajan empresas como Exxon Mobil con la autorización de Guyana.

Sin indicios de la nueva «gobernación»

Pero, según la escasa información oficial, la estructura militar no ha sido oficializada todavía, no hay indicios de dónde se ubica la sede de la nueva gobernación, no se conoce ningún caso de esequibanos nacionalizados como venezolanos y el plan «en marcha» de explotación petrolera es el secreto mejor guardado.

Además, la Asamblea Nacional electa en 2020, que promovió el referendo, atizó el hervidero internacional creado con la consulta, al discutir, con carácter de urgencia, la «Ley para la Defensa de la Guayana Esequiba», el marco legal para la anexión del área disputada.

Sin embargo, luego de ofertas de máxima celeridad y de cristalización del sueño anexionista, la ley quedó en proyecto y ningún legislador la mencionó una semana después del primer y único debate.

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