El régimen de Nicolás Maduro, acusado de crímenes de lesa humanidad y narcotráfico, ha reanudado exportaciones de petróleo a Estados Unidos mediante dos buques fletados por Chevron, que llegaron el jueves 21 de agosto de 2025 a aguas estadounidenses con cargamentos de crudo venezolano.

Esta operación marca el fin de una pausa de tres meses impuesta por sanciones, permitida por una licencia restringida del Departamento del Tesoro de EE. UU. otorgada el mes pasado. Los buques Mediterranean Voyager y Canopus Voyager zarparon a principios de agosto con crudos Boscan y Hamaca, tras acuerdos con PDVSA, socio de Chevron en empresas mixtas, según Reuters. Estos envíos, destinados a Port Arthur, Texas, y Nueva Orleans, Luisiana, evidencian cómo Maduro prioriza ganancias ilícitas mientras el pueblo venezolano enfrenta hambre y represión.

Chevron, bajo la licencia, opera con volúmenes limitados, exportando un promedio de 252.000 barriles diarios en el primer trimestre de 2025 antes de la interrupción por problemas de pago relacionados con sanciones. El director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, adelantó que el flujo se retomaría este mes. Sin embargo, estos acuerdos benefician al régimen de Maduro, que utiliza ingresos petroleros para financiar su maquinaria represiva, ignorando la crisis humanitaria donde 4 millones necesitan ayuda alimentaria, según la ONU.

Estos envíos petroleros contrastan con la presión internacional: EE.UU. duplicó la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares y desplegó destructores como USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson en el Caribe contra el Cartel de los Soles. Maduro responde con amenazas, ordenando armar a 4,5 millones de milicianos y prohibiendo drones, perpetuando un narcoestado que exporta terror.