El cierre de portales que reportan el valor del dólar paralelo ha derivado en más de 20 detenciones, allanamientos sin orden judicial y un mensaje claro: informar tiene consecuencias. Pero el dólar paralelo no desaparecerá por decreto. El control económico parece replicar errores del pasado.
#EspecialDossier || 💸 El régimen de Maduro desató una cacería contra quienes reportan el valor del dólar paralelo.
— Dossier Venezuela (@DossierVzla) June 3, 2025
❌ Cierre de portales.
❌ Allanamientos sin orden judicial.
❌ Más de 20 detenciones, incluyendo a Bárbara Bitriago, de solo 19 años, arrestada por trabajar en un… pic.twitter.com/eDD3yISJ86
Una ofensiva que no se detiene
Desde Caracas se ordenó recientemente la censura de plataformas digitales que muestran el comportamiento del dólar paralelo. La medida no solo provocó el bloqueo de varios portales, sino que activó una serie de operativos represivos por parte de cuerpos de seguridad.
El saldo hasta el momento: más de 20 personas detenidas en distintos estados del país y allanamientos a viviendas y oficinas relacionadas con el monitoreo de divisas. Uno de los casos que más ha llamado la atención es el de Bárbara Bitriago, una joven de 19 años que fue arrestada en Maracay el pasado 26 de mayo, apenas 12 días después de haber comenzado a trabajar en un local vinculado al portal El Dorado.
Según su madre, Joselyn Rodríguez, Bárbara fue trasladada directamente a los tribunales sin previo aviso. Se enteró de la situación solo cuando su hija ya estaba bajo custodia. No hay acusaciones claras ni justificación formal, pero sí un mensaje implícito: cualquier vínculo con el dólar paralelo puede ser penalizado.
El mercado no se regula con miedo
El economista José Guerra ha cuestionado abiertamente la política económica detrás de estas acciones. A través de sus redes sociales, explicó que los precios del mercado no se establecen por imposiciones del poder político. “La dinámica de oferta y demanda no desaparece porque se le ordene”, afirmó.
El dólar paralelo, sostiene Guerra, es una consecuencia directa de un sistema de control que ha fallado históricamente. Intentar eliminarlo atacando a quienes lo reportan no resolverá el problema de fondo: el diferencial cambiario sigue creciendo. Entre mayo de 2024 y mayo de 2025, el mismo Banco Central de Venezuela (BCV) ha incrementado su tasa oficial en un 165%, una cifra que evidencia la pérdida del valor del bolívar y la crisis de confianza monetaria.
Control de cambio: historia que se repite
El uso de controles de cambio no es nuevo en Venezuela. Ya en febrero de 1983 se implementó el primer sistema restrictivo. Luego, en 1994, el expresidente Rafael Caldera aplicó una medida similar, y en 2003 se consolidó un modelo que marcó el inicio de un mercado negro de divisas.
Cada uno de estos intentos de regular la economía desde el escritorio terminó generando distorsiones aún mayores. El resultado fue siempre el mismo: el surgimiento del dólar paralelo como referencia real para los ciudadanos, las empresas y el comercio.
Según Guerra, culpar a los portales digitales de la situación actual es tan absurdo como “romper el termómetro para que desaparezca la fiebre”.
¿Qué está en juego?
Más allá de lo económico, este caso refleja una peligrosa deriva hacia el control de la información y la criminalización de quienes difunden datos públicos. Las detenciones por el dólar paralelo no solo afectan a quienes están vinculados a estos portales, sino que sientan un precedente para otros actores de la sociedad.
El impacto social es profundo: en un país donde el salario mínimo no alcanza para cubrir necesidades básicas, donde el acceso al dólar define la posibilidad de comer o comprar medicinas, impedir el flujo de información solo genera más incertidumbre. Y esa incertidumbre siempre golpea más fuerte a los sectores más vulnerables.
Conclusión: ¿acallar los síntomas para ignorar la enfermedad?
La persecución contra portales que informan sobre el dólar paralelo forma parte de una estrategia de represión y censura que no resolverá los problemas estructurales de la economía venezolana. El control del relato no es control del mercado.
Mientras no haya transparencia fiscal, autonomía del Banco Central y garantías para la actividad privada, el dólar paralelo seguirá existiendo, con o sin portales que lo reporten.