(Redacción por David Gallardo) El exalcalde mayor de Caracas y exdiputado a la Asamblea Nacional, Juan Barreto, considera que es importante separar al chavismo del madurismo, puesto que las políticas de Nicolás Maduro se centran en el individualismo, siguiendo parámetros neoliberales y que se ha separado totalmente de las corrientes ideológicas del presidente fallecido Hugo Chávez.

Barreto, parte ahora del chavismo disidente que busca separarse y diferenciarse de las corrientes que ahora manejan el régimen de Nicolás Maduro, señala que esta administración ha promulgado leyes que son retrógradas y absolutamente neoliberales. El dirigente también explica que el movimiento disidente se separa completamente de los actos de corrupción que han sido una consecuencia de la deriva burocrática y autoritaria que significa Maduro.

Barreto explica que Chávez construyó un camino a partir de la Constitución y que ese camino no fue seguido por Maduro.

“Fíjate, en Venezuela se ha producido una deriva autoritaria, burocrática, y esa deriva ha traído como consecuencia que los poderes públicos del Estado, que deberían ser poderes separados, cinco poderes, se hayan concentrado, se hayan condensado, y hoy existe un solo poder, que es el poder del Estado-Partido-Gobierno, donde no hay diferencia entre el partido de gobierno, el Estado, y la gestión pública, que es el gobierno”, explicó Barreto sobre la crisis institucional en el país.

Barreto señala que esta crisis institucional se dio a lugar a partir de la radicalización de la oposición y del oficialismo a partir del 2015.

“Cuando en 2015 la oposición gana la Asamblea Nacional, en vez de llegar a un entendimiento, a acuerdos, a diálogo, (…) proclamó: “Maduro, tú en seis meses sales de Miraflores, yo estoy aquí para sacarte de Miraflores”, obviamente, en Ramos Allup, la oposición se radicaliza, creyendo que tiene un poder que puede acabar con Maduro, y se sale del hilo constitucional. Maduro se frota las manos y decide salirse también de la Constitución, utiliza su Tribunal Supremo de Justicia, pone en desacato a la Asamblea Nacional, inhibe a la Asamblea Nacional, llama a una Asamblea Nacional Constituyente con suprapoderes, que le pasa por encima a todos los demás poderes y los liquida”, explicó Barreto.

El exdiputado describe esta pelea de poderes entre la oposición y el madurismo como un juego perverso, puesto que obliga a ambas fuerzas políticas a radicalizarse. “Tal cual pasó en 2018, que la oposición ha podido ganar las elecciones y decidió, no sé por qué razones, decir que no había condiciones, llamó a la atención y le regaló a Maduro seis años más. Seis años más que aprovechó Maduro, sin ninguna oposición enfrente, para hacer lo que le dio la gana”, explicó.

El divorcio de la ciudadanía venezolana con Nicolás Maduro

La protesta que se generó luego de la elección presidencial fue completamente espontanea, una reacción en contra del fraude electoral fraguado por el régimen y el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Este argumento lo acompaña Barrero, pero suma que la ciudadanía venezolana batalló contra todas las trabas electorales y salió a votar el 28 de julio, de ahí nace el descontento, por la falta de respeto hacia la voluntad popular.

Barreto recuerda que salió a protestar el 11 de abril del 2002 por su juramento de respetar la Constitución de Venezuela, asumiendo que los juramentos no prescriben, ahora afirma que vuelve a salir a las calles para defender sus creencias democráticas.

El exdiputado también señala que existen muchos escenarios que pueden derivar de la crisis electoral que vive el país, incluso lo más pesimistas. “Podría pasar que la gente pase de la tristeza y la rabia a la apatía, y de la apatía a la conformidad. Eso sería terrible para un país, porque sería un país liquidado desde el punto de vista de sus aspiraciones democráticas, y la gente viviría en un estado de soporte, un estado de animación suspendida prácticamente, sin ninguna esperanza de futuro, de provenir, porque estaríamos en presencia de una Venezuela que no le convendría a ningún venezolano, ni del madurismo, ni de la oposición, ni de nadie, ni a los empresarios, ni a nadie”, explicó.

Este escenario tampoco sería positivo para Maduro, opina Barreto, puesto que Venezuela se podría convertir en una especie de Corea del Norte, completamente aislada.

“China no está pendiente ahorita del Caribe, China está pendiente del problema de Taiwán, de hacerse fuerte en Asia, y de fortalecer la alianza asiática que tiene, y de fortalecer el BIC, no le interesa a Venezuela. Putin tiene demasiados problemas con Ucrania, y con el bloque, que anteriormente fue el bloque soviético, donde tiene problemas en Georgia, en Kazajistán, etc., y no le interesa mucho a Venezuela. Irán tiene un problema con Israel, y tiene un problema que es el Medio Oriente encendido, entonces Irán tampoco puede fortalecer ni política, ni militar, ni geopolíticamente a Venezuela. Esos son los tres o cuatro aliados que tiene Venezuela, que son unas alianzas relativas más simbólicas que reales, y Venezuela va a tener que seguir dependiendo de la alianza con Estados Unidos”, explicó Barreto.

Los compromisos de la izquierda de América Latina con Venezuela

Juan Barreto considera que la izquierda en América Latina está en deuda con Venezuela, puesto que algunos sectores de esta corriente ideológica se ha enfocado en mantener relaciones y alianzas con el régimen de Nicolás Maduro en vez de revisar las problemáticas que tiene el pueblo venezolano.

“Bueno, resulta que muchos militantes de la izquierda tienen una relación pragmática con Maduro y eso los anula como voceros y como actores políticos a la hora de comprender el proceso. Sus propias condiciones, sus propios vínculos, sus propios intereses no le permiten comprender la situación porque pierden la sensibilidad y desarrollan lo que llaman un sesgo cognitivo, ven por un solo ojo. Y hay otra izquierda, tal vez ingenua, que está atrapada en sus mitologías, en sus rituales, que le creen a Maduro el discurso y como no están aquí adentro, como no saben lo que está pasando y solo escuchan el discurso de Maduro, desarrollan también un sesgo cognitivo porque tienen una sola fuente de información y se niegan a conocer otras versiones”, explicó Barreto.

No obstante, Barreto tiene fe en la nueva generación de dirigentes de izquierda en América Latina, tales como Gabriel Boric (Chile), Andrés Manuel López Obrador (México), Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia), puesto que “se han dado cuenta que ellos son una garantía y un equilibrio democrático para América Latina y que Maduro desprestigia a la izquierda, evita su avance, evita su consolidación y se ha convertido en un lastre para los gobiernos progresistas. Entonces, desde esa otra izquierda, que es una izquierda emergente, rejuvenecida, renovada, que es una izquierda que ha atendido el papel de las instituciones, que se deslastró del mito guerrillero, del romanticismo autoritario, etc. Desde esa izquierda estamos luchando para que se comprenda que el madurismo es más parecido a lo que ocurre en Cuba, que es un régimen gastado y sin porvenir”.

El exdiputado también señala que el trabajo sinérgico entre Lula, Pedro y López Obrador para crear una línea de diálogo entre Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia. Barreto también señala que, a pesar de las diferencias ideológicas y opiniones sobre el manejo del Estado, María Corina Machado parece “más centrada” desde el momento que dirigió a la oposición a estar y quedarse en la ruta electoral. “Que María Corina haya declarado a favor de Lula, diciendo que era cristalina la relación con Lula, me parece muy saludable”, explicó.

La posible detención de Machado y la popularidad de Nicolás Maduro

Juan Barreto explica que la posible detención de Machado sería un terrible error por parte del régimen de Nicolás Maduro. Señala que esta acción la elevaría en términos de la opinión pública y la victimiza frente a la Comunidad Internacional. “Si le encarcela a María Corina, podría terminar siendo hasta premio Nobel de la Paz. Y yo creo que eso no le conviene a Maduro”, declaró Barreto.

El exalcalde explicó que la seguridad y la vida de los venezolanos no son temas que deberían tratarse desde la represión o ser criminalizado.

“Un pueblo que no merece que se le diga que es terrorista, que sus hijos son borrachos, que se vendieron por 150 dólares. Entonces Maduro quiere hacer una épica de la victimización, que fueron quemadas escuelas, liceos. Mira, seguramente hubo exceso. Todas las protestas, cuando son demasiado masivas, hay exceso, de eso hay que condenarlo. Pero no se puede criminalizar a todo un pueblo que salió el día 29 de julio a protestar, en su gran mayoría, de manera pacífica y democrática, que tomó las calles en las zonas que antes eran santuarios del chavismo, que creo que es lo que le duele más a Maduro”, detalló.

Barreto detalla que de las 1.141 parroquías que hay en Venezuela, Maduro perdió en 1.100 y que en la área metropolitana no ganó en ninguna de las zonas que anteriormente eran el santuario del chavismo.

“Entonces, no me vengas a decir que toda esa poblada que bajó de Petare y que llegó hasta el centro de Caracas, marchando, fueron malandros pagados. No, no, no. Ese es el pueblo, el pueblo que es soberano, el pueblo que es dueño de las instituciones y dueño de mi patria, y por la que yo me siento orgulloso y feliz de formar parte de esos miles y miles de venezolanos que estamos exigiendo hoy, caramba, respétame el voto, respétame mi decisión”, declaró.