En el año 2008, Antonio Ledezma ganó la Alcaldía Mayor de Caracas, pero el entonces Presidente Hugo Chávez creó una figura pública a la que denominó autoridad única del Distrito Capital, un tipo de gobernación paralela que fue dirigida por Jacqueline Faría, y que redujo hasta en 90% los recursos de la alcaldía electa por la mayoría de los caraqueños.
#EspecialDossier || ¿Votar sirve en Venezuela? Solo cuando el régimen lo decide.
— Dossier Venezuela (@DossierVzla) May 27, 2025
Cuando el pueblo arrasa en las urnas… declaran desacato y fabrican una Asamblea paralela.
📉 Desde la Alcaldía Mayor hasta la Asamblea Nacional, pasando por Corpolara y la ANC, el madurismo ha… pic.twitter.com/l59OcFOdH8
Así empezó un largo camino para la oposición venezolana lleno de injusticias e irrespeto a la voluntad de los venezolanos cuando de elecciones se trata, demostrando que no siempre cuando el voto elige, las cosas salen bien, o, mejor dicho, no siempre el chavismo respeta la decisión.
Otro ejemplo similar fue durante el segundo periodo de Henri Falcón en la gobernación del estado Lara, cuando el chavismo instaló una estructura llamada Corpolara, presidida por Luis Reyes Reyes, predecesor de Falcón en la entidad y, quien aún sigue a cargo de esa corporación pese a que también es candidato nuevamente a esa importante gobernación.
De las corporaciones al protectorado
Uno de los casos más gráficos del irrespeto a la voluntad popular por parte del chavismo, fue cuando el régimen de Maduro dio el siguiente paso en la “legalización” del paralelismo institucional y creó los denominados protectores de estados. En 2013, ganando Capriles la gobernación de Miranda, se designa a Elías Jaua, el candidato perdedor, como “protector” de la entidad, una figura que luego replicaron en los estados Táchira, Mérida, Anzoátegui y Nueva Esparta.
Luego, en el año 2015 se produce la victoria más importante en la historia de la oposición, hasta entonces, cuando logró una amplia mayoría en la Asamblea Nacional que poco a poco fue judicializada por el TSJ que la declaró en desacato. Pero, además, el régimen instaló en 2017 un órgano parlamentario paralelo en forma de contrapeso, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que finalizó sus funciones en 2020 y nunca se conoció siquiera un borrador de una nueva Constitución.
No es protector, es usurpador
Importante destacar que el madurismo obligó a los gobernadores electos en 2017 a juramentarse ante esa extinta ANC, pero Juan Pablo Guanipa, quien ganó en el Zulia, se negó, y en consecuencia fueron convocadas nuevas elecciones en la región. Guanipa, hoy preso político por haber acompañado a la líder María Corina Machado en el Comando Con Vzla en la épica campaña presidencial para el 28 de julio de 2025.
Justo, el último y más grave irrespeto a la voluntad popular cometido por el régimen, haber desconocido los verdaderos resultados de la elección presidencial en la que Edmundo González Urrutia resultó electo con más del 60% de los votos. Hoy, Nicolás Maduro ocupa la silla presidencial en Miraflores, pero no como “protector”, sino como ilegítimo mandatario desconocido por la mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional democrática.