La migración masiva de venezolanos, que ya supera los 8 millones de ciudadanos, es una de las mayores diásporas del mundo sin estar vinculada a un conflicto armado. Este fenómeno tiene profundas implicaciones en todos los sectores, y el sistema de salud es uno de los más afectados. La pérdida de médicos y enfermeros está dejando al país sin una base sólida para atender a su población.
Médicos y enfermeros en la diáspora: una realidad alarmante
Medir el impacto total de la diáspora venezolana es complejo, ya que las instituciones nacionales no proporcionan datos confiables sobre la migración. Sin embargo, estudios de organizaciones independientes revelan que las crisis de servicios públicos, apagones constantes, desabastecimiento y hambre son factores que han impulsado a miles a abandonar el occidente del país, especialmente en el estado Zulia.
Este éxodo masivo está afectando de manera crítica al sector salud. Según Dianela Parra, presidenta del Colegio de Médicos del Zulia, la mayoría de los recién egresados de las universidades venezolanas tiene como prioridad emigrar para ejercer su profesión en el extranjero.
Profesionales venezolanos mejorando sistemas de salud en otros países
Los médicos venezolanos, reconocidos por su formación académica, están contribuyendo significativamente a los sistemas de salud de países receptores. No obstante, su decisión de emigrar se debe a la desesperanza que enfrentan en su propio país. “No soportan el estrés de decirle al paciente que no tienen insumos, de cruzarse de brazos mientras ven a un paciente desarrollar peritonitis o morir por un infarto no tratado”, afirma Dianela Parra.
La Federación Médica Venezolana advierte que el país tiene un atraso de 100 años en términos de infraestructura hospitalaria, insumos y tecnología. El 90% de los hospitales carecen de equipos básicos como máquinas de rayos X, y muchos ni siquiera cuentan con agua corriente.
Enfermería: una profesión en crisis
La situación para el personal de enfermería es igualmente crítica. Según Hania Salazar, presidenta del Colegio de Enfermeras del Zulia, de las 16,000 enfermeras registradas en la región, menos de la mitad están activas. Muchas han emigrado a países como Colombia, España, Argentina, Chile y Estados Unidos, buscando mejores condiciones laborales.
Con salarios que no superan los 10 dólares quincenales, la enfermería en Venezuela se ha convertido en una profesión de mártires. Las enfermeras que permanecen en el país trabajan en condiciones extremas, cumpliendo jornadas de 24 horas sin acceso a recursos para actualizarse profesionalmente, como foros o talleres.
Trabajo pendular: una solución temporal
En las zonas fronterizas, algunos profesionales han optado por el “trabajo pendular”, laborando en Venezuela y en países vecinos como Colombia. Este recurso temporal les permite sobrevivir económicamente, aunque no resuelve los problemas estructurales del sistema de salud venezolano.
El éxodo: un futuro incierto para la salud en Venezuela
La diáspora médica y de enfermería deja al sistema de salud venezolano en un estado crítico, incapaz de atender las necesidades básicas de su población. La falta de profesionales capacitados y la ausencia de insumos hacen que incluso los casos ambulatorios tengan altas tasas de mortalidad. Sin mejoras estructurales y económicas, la migración continuará, dejando al país sin el recurso humano esencial para garantizar el derecho a la salud.