(Fuente: Alberto News) La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha señalado que su política internacional será de no intervenir ni opinar sobre otros países.
Sheinbaum resultó ganadora de la carrera electoral realizada el pasado 02 de junio, convirtiéndose en la primera presidenta del país norteamericano.
“Siempre nos vamos a regir por los principios constitucionales de no intervención, y respeto a la soberanía de los pueblos”, aseguró cuando se le preguntó sobre su relación con los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
La candidata opositora para las elecciones presidenciales en México también habló del futuro de las relaciones de México con Donald Trump o Joe Biden en La Casa Blanca.
«Nos vamos a llevar muy bien con cualquiera de los presidentes de Estados Unidos», afirmó.
¿Quién es Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México?
Sobria e impasible, Claudia Sheinbaum (61), una científica brillante a la cual su rival llama “dama de hielo“, buscaba convertirse en la primera presidenta de un México machista, de tragedias y pasiones. Tanto en su militancia estudiantil en los años 1980 como en su primer cargo público como secretaria de Medio Ambiente de Ciudad de México (2000-2006), proyectaba seriedad y enfoque.
De rostro imperturbable, rara vez sonreía. Hace falta revisar viejas imágenes familiares para verla divertida en sus juegos infantiles o ya adolescente sonriendo coquetamente para la cámara.
Con información de Perfil
En 1987 era una reservada estudiante de la maestría de ingeniería energética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Ni ella ni yo éramos de socializar con todo mundo”, recordó Guillermo Robles, uno de sus compañeros. Luego Sheinbaum cursó un doctorado en ingeniería ambiental, para el cual investigó cuatro años en Estados Unidos, y fue parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) que ganó un Premio Nobel de la Paz en 2007.
Los desafíos como alcaldesa
Temple y discreción marcan la actuación de Sheinbaum, cuyos abuelos llegaron a México desde Bulgaria y Lituania huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Como alcaldesa de un distrito de Ciudad de México (2018-2023), afrontó el derrumbe de un colegio durante el terremoto de 2017 que mató a 26 personas, incluidos 19 niños. Metódicamente, insistió en que irregularidades detectadas en la construcción no eran imputables a la alcaldía.
También manejó con aplomo otro momento álgido como alcaldesa de la capital: la pandemia. El uso de métodos científicos y tecnología reflejó la impronta de Sheinbaum en la gestión del Covid que, no obstante, dejó una elevada mortalidad.
“Tiene una capacidad de análisis impresionante, de leer datos y encontrar soluciones”, comentó Tatiana Clouthier, exministra de Economía de López Obrador, hoy su vocera de campaña.
Tras el colapso de la línea del metro en 2021, defendió a su equipo y optó por una polémica negociación con la constructora de la obra -propiedad del magnate Carlos Slim- para indemnizar víctimas y evitar juicios.
“Gobernar es tomar decisiones. Hay que tomar la decisión y asumir las presiones que se pueden generar”, argumentó en el documental Sheinbaum. Una de esas determinaciones será dejar definitivamente “atrás el neoliberalismo” y mejorar la economía de los trabajadores. “Un país no puede avanzar cuando solo se favorece a los más prósperos”, aseveró en el Zócalo.
La “dama de hielo”
En campaña, una cámara la captó reclamando airadamente un trato injusto del partido mientras disputaba la candidatura presidencial con el excanciller Marcelo Ebrard, cuyos ataques no lograron exasperarla. Esa frialdad también le juega en contra.
Nunca miró ni llamó por su nombre a su principal oponente, la centroderechista Xóchitl Gálvez, durante tres debates en que ésta la atacó duramente. “Sigues siendo fría, sin corazón, yo te llamaría la dama de hielo”, le espetó Gálvez, enrostrándole no tener el “carisma” de López Obrador.