La ONG Utopix reportó este viernes 76 posibles feminicidios en Venezuela durante el primer semestre de 2025, un subregistro alarmante basado en reportes de medios y redes sociales que expone la impunidad estructural y la emergencia nacional de violencia de género bajo el régimen de Nicolás Maduro.
De estos, 15 ocurrieron en junio, con Aragua como el estado más afectado (3 casos), seguido de Apure, Miranda y Barinas (2 cada uno). Esta barbarie, que deja a madres, embarazadas y niños en orfandad, demanda un Plan de Emergencia Feminista para prevenir, atender y mitigar la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, en un país donde el chavismo prioriza la represión y el narcotráfico sobre la protección de sus ciudadanas.
Utopix, que actualiza su monitoreo mensualmente, enfatizó que los datos son un subregistro, ya que solo incluyen casos visibilizados. En junio, siete víctimas fueron asesinadas con armas de fuego, cuatro con armas blancas, y otros por golpes, asfixia, violencia ginecobstétrica y atropellamiento. Siete cuerpos abandonados en vías públicas, tres con mutilación, dos con torturas, uno con abuso sexual y otro simulado como accidente.
De 19 feminicidas identificados, ocho fueron detenidos, tres prófugos, tres se suicidaron, uno murió en enfrentamiento policial, dos con antecedentes y cuatro sin información. Cinco víctimas eran madres, una embarazada, dejando al menos dos niños huérfanos; cuatro casos tenían denuncias previas de acoso o maltrato. Ocho fueron íntimos (parejas o exparejas), dos por bandas delincuenciales, uno familiar, uno no íntimo, uno vicario, uno ginecobstétrico y uno sin datos. Además, Utopix contabilizó 16 feminicidios de venezolanas en el exterior: Perú, Trinidad y Tobago, Chile, España, Colombia y Ecuador.
La mayoría de víctimas tenían entre 26 y 40 años, con un pico en 56-60 años, reflejando un patrón de impunidad que Utopix califica de “emergencia nacional”. “Es imperativo visibilizar estos casos y exigir al Estado acciones urgentes contra la violencia de género”, urgió la ONG, que insiste en un Plan de Emergencia Feminista para combatir la subestimación oficial. En lo que va de 2025, un feminicidio consumado cada 57 horas y uno frustrado cada 44 horas, una reducción desde el pico de 2020 (1 cada 34 horas), pero aún letal en un contexto de colapso estatal.