(Fuente: Efecto Cocuyo) La coordinadora de Educación para la Paz de Fe y Alegría, Luisa Pernalete, ha señalado su profunda preocupación sobre crisis educativa en Venezuela. En vísperas del 70 aniversario de la organización, Pernalete destacó los dos aspectos más críticos de la crisis educacional: el abandono escolar masivo y la escasez de docentes.

«Según estudios de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cerca de 4 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes están fuera de las aulas, una cifra alarmante ante la ausencia de datos oficiales desde 2016, cuando el Ministerio de Educación dejó de publicar su memoria y cuenta. Aunque fueran 2 o 3 millones, seguiría siendo una tragedia. Sin educación, estos jóvenes no tienen presente ni futuro”, lamentó.

Con información de Efecto Cocuyo

El segundo gran desafío, para ella, es la falta de relevo generacional entre los docentes. Pernalete señaló que las escuelas del país, especialmente en el nivel de bachillerato, enfrentan una grave carencia de profesores, lo que obliga a realizar “malabarismos” para atender a los estudiantes.

«Nos estamos quedando sin docentes. Eso lo sabemos en el sentido de que no hay escuela que no tenga ausencia de algún maestro, sobre todo en bachillerato. En bachillerato hay muchos problemas para conseguir completa la plantilla», insistió.

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Apuntó que Tulio Ramírez, director del doctorado en Educación de la UCAB, aportó datos recientes que refuerzan esta preocupación: los salarios de los maestros venezolanos son los más bajos de América Latina, inferiores incluso a los de Haití y Cuba.

«Esta situación ha llevado a una deserción masiva de educadores, muchos de los cuales ni siquiera formalizan su renuncia en el sector público —donde se educa 75% de la población— debido a las irrisorias liquidaciones. Otros, incapaces de costear el transporte, asisten a clases solo dos o tres días por semana», dijo.

“Se le dice a un joven: ‘estudia educación para que pases hambre”, ilustró Pernalete, subrayando que los bajos salarios desalientan a las nuevas generaciones a elegir esta profesión.

«Mientras en países como Japón se valora a los educadores junto a médicos y policías por su aporte a la sociedad, en Venezuela los ingresos de los docentes no cumplen con el artículo 91 de la Constitución, que exige un salario suficiente para cubrir necesidades básicas. Para sobrevivir, muchos maestros venden tortas, café o dan clases particulares en sus horas libres», añade.

Sin actualización

La crisis también impacta la calidad educativa. La falta de recursos impide a los docentes actualizarse, y los estudiantes, especialmente en bachillerato, abandonan por aburrimiento o porque no ven sentido en seguir estudiando.

Advierte que en regiones como Ciudad Bolívar (Bolívar) escuelas han cerrado por falta de alumnos y profesores, quienes emigran a las minas en busca de sustento. «Incluso en Fe y Alegría, pese a iniciativas para mantener la educación a flote, los esfuerzos son insuficientes frente a la magnitud del problema», dijo.

«El tema principal de por qué no están los jóvenes estudiando educación y por qué muchos han renunciado. Hemos perdido muchísimos docentes que a veces ni siquiera pasan la carta de renuncia en las escuelas públicas, que el 75% de la población se educa en escuelas públicas ni pasan la carta porque es que es tan poco lo que reciben de liquidación, que simplemente abandonan el cargo. Y los que no abandonan realmente no pueden llegar todos los días a sus aulas porque los salarios no les dan ni para el pasaje. Por eso el tema de ir solo dos o tres días a la semana».

Pernalete advirtió que sin educación no hay salida a la crisis. Citando a figuras como Nelson Mandela y Malala Yousafzai, insistió en que la inversión en escuelas y maestros es esencial para el futuro.

«Sin embargo, en Venezuela no se construyen nuevas escuelas. ¿Dónde están?”, cuestionó— «y las existentes se deterioran o cierran, dejando a niños y adolescentes vulnerables a peligros como el reclutamiento por pandillas. Sin maestros no hay escuela”, concluyó, tras alertar sobre un colapso educativo que amenaza con dejar al país sin docentes en el horizonte de 2032 si las tendencias persisten.

Desde muy joven, Luisa Pernalete se unió al Movimiento Fe y Alegría, la ONG educativa más grande e importante del país, fundado en 1955 por un sacerdote jesuita. Uno de sus lemas es: «El objetivo de la ciudadanía es construir el bien común”.