El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, ha dicho que Estados Unidos quiere «robarle» las reservas de petróleo a Venezuela con el despliegue militar en el Caribe que buscar combatir el narcotráfico y las actividades del Cartel de los Soles.
Nicolás Maduro, dictador de Venezuela y líder del Cartel de los Soles, considera una supuesta «amenaza» el despliegue y convocó un simulacro de preparación ante desastres naturales, por los recientes sismos y conflictos armados.
«Condenamos el desplazamiento de fuerzas militares que hace el gobierno de los Estados Unidos aquí en la región latinoamericana con el cuento de que Venezuela es la gran exportadora de la cocaína», declaró Ortega en un pronunciamiento.
Con información de NTN24
Ortega agregó que Venezuela es «el país con la mayor reserva de petróleo en el mundo» y «eso es lo que andan buscando los gobernantes norteamericanos, el capital norteamericano: adueñarse del petróleo venezolano».
«Robarle el petróleo al pueblo venezolano, inventando que la coca llega, sale, de esos países del sur y que luego se consume en los Estados Unidos», hipotetizó Ortega, con tono pausado, en la actividad televisada por medios oficialistas.
A inicios de mes, Ortega señaló que el operativo militar antidrogas era una «payasada» y que el fin era «derrocar gobiernos» latinoamericanos.
El martes 2 de septiembre, Trump anunció la muerte de 11 llamados «narcoterroristas» en un ataque naval estadounidense a una pequeña lancha rápida, afirmando que eran parte de un cartel de la droga controlado por Maduro.
En ese contexto, Ortega acusó en un discurso al Gobierno del presidente republicano de desplegar buques de guerra «para intimidar a los gobiernos latinoamericanos» y agregó que «lo hacen para intimidar a la gente y tratar de derrocar gobiernos».
Ortega, exguerrillero de 79 años en el poder desde 2007 y quien gobernó Nicaragua también en la década de 1980, es un firme aliado de Maduro y es acusado por sus críticos y organismos humanitarios de instaurar una «dictadura familiar» junto a su esposa Rosario Murillo, de 74, nombrada copresidenta en febrero por una reforma constitucional.
En los últimos meses se le ha visto en actos públicos con dificultad para caminar y semblante pálido —padece lupus e insuficiencia renal—, por lo que analistas opositores aseguran que Murillo allana el camino para la sucesión.