La ONU expresó este miércoles su «preocupación» por la tensión creciente entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro, tras el asesinato de 11 supuestos miembros de la banda criminal transnacional de origen venezolano Tren de Aragua por un ataque estadounidense a una lancha rápida en el mar Caribe. El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, subrayó que las diferencias entre los países «deben resolverse de acuerdo con la ley internacional y la carta de Naciones Unidas».

Sin embargo, al ser preguntado por la legalidad de ese ataque, el portavoz evitó pronunciarse y aludió a la complejidad de la lucha contra las drogas y el crimen transfronterizo.

«Todos sabemos que el tráfico internacional de drogas y el negocio transnacional de drogas suponen una gran amenaza para la región y más allá», recalcó, e insistió en que quienes luchen contra ese flagelo deben hacerlo «según el imperio de la ley».

En días pasados, el régimen de Venezuela solicitó la intervención del secretario general de la ONU ante la llegada de varios destructores estadounidenses cerca de las aguas venezolanas en un pico de tensión sin precedentes, pero António Guterres no ha ido más allá de darse por enterado y multiplicar los llamamientos a una desescalada.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ayer calificó a los 11 muertos de «narcoterroristas», dio a entender que ataques como ese continuarán en el futuro: «Tenemos que proteger a nuestro país, y lo vamos a hacer. Venezuela es muy mal actor. No vamos a tolerarlo más», dijo este miércoles en declaraciones a los periodistas.

Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente presión internacional contra Maduro, tras la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista global por EE.UU., con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.