En medio del dolor, la solemnidad y el recogimiento que envuelve al Vaticano tras la muerte del papa Francisco, una voz venezolana resuena entre las filas de fieles y religiosas que se preparan para despedir al primer pontífice latinoamericano. Se trata de Luisa Jiménez, una monja venezolana originaria del municipio Chacao, quien apenas tiene dos meses de estancia en la Santa Sede, pero ya enfrenta el momento más trascendental de su vida espiritual.

Cuando llegué, él ya estaba muy enfermo. Entonces no pude compartir tanto a su alrededor”, contó Jiménez al medio Efecto Cocuyo, recordando que su primer encuentro con Francisco fue breve, pero lleno de significado.

La religiosa forma parte de un grupo de hermanas que llegó al Vaticano en febrero de 2025 como parte de una misión eclesiástica. A pesar del poco tiempo transcurrido, Luisa ha sido testigo directo de los últimos días de vida del papa, incluyendo su última aparición pública, ocurrida el domingo 20 de abril, cuando salió en el papamóvil para saludar a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, durante la celebración de la Resurrección de la Semana Santa.

Yo creo que él hizo un último esfuerzo ayer. Porque se le veía muy cansado. Pero con todo y eso salió a saludar a las personas”, afirmó con emoción.

Un momento histórico y de fe

La mañana del lunes 21 de abril, el Vaticano confirmó la muerte de Francisco, quien venía arrastrando problemas de salud desde el 14 de febrero, cuando fue hospitalizado por bronquitis. Aunque logró recuperarse parcialmente y apareció el Domingo de Ramos del 13 de abril, su estado se agravó nuevamente y falleció tras una recaída.

Desde entonces, miles de fieles han acudido a la Santa Sede para rendir homenaje al papa número 266 de la Iglesia católica. La religiosa venezolana está entre ellos, caminando lentamente hacia el corazón del Vaticano, rodeada de una mezcla de luto, respeto y esperanza.

Tengo sentimientos encontrados, si se puede decir. En parte, ahora él descansa en manos del Señor, pero igual siempre hay un dolor. Yo creo que él quería vivir, y lo demostró en su salida para saludar a la gente”, reflexionó Luisa Jiménez.

De Chacao a Roma: una voz venezolana en la Santa Sede

Luisa vivió la mayor parte de su vida en Caracas, dedicada a la vida religiosa en comunidades del municipio Chacao. Su reciente traslado a Roma representa una misión de tres años, que ahora se transforma en una experiencia histórica: presenciar la muerte de un papa y el inminente cónclave para elegir a su sucesor.

Esperemos que el nuevo Papa pueda seguir las ideas y los lineamientos que deja Francisco”, expresó, reconociendo el legado reformador del pontífice argentino.

En medio del dolor por la partida del líder espiritual de millones, Jiménez representa la presencia humilde y silenciosa de América Latina dentro de los muros vaticanos, y la voz de un pueblo que también se siente parte de la historia.

Mientras avanza la preparación de las ceremonias oficiales y se anuncian los próximos pasos del cónclave, Luisa se une en oración por el alma de Francisco y por el porvenir de una Iglesia que, como él decía, debe caminar junto a los pobres, los migrantes y los excluidos.