El presidente de Guyana, Irfaan Ali, prometió en su juramentación para un segundo mandato que su gobierno colaborará con socios internacionales para combatir el narcotráfico y el crimen transnacional en medio de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. En su discurso, Ali señaló que se alineará con aliados para «combatir la delincuencia transnacional, el narcotráfico, la trata de personas y todo acto delictivo que amenace o socave la paz, la libertad y la democracia». Estas declaraciones surgen en un contexto de creciente tensión en el Caribe, donde Estados Unidos desplegó fuerzas militares para operaciones antinarcóticos.
La Embajada de Estados Unidos en Guyana publicó en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que dos aviones de su fuerza aérea realizaron un vuelo coordinado sobre Georgetown durante la toma de posesión presidencial, simbolizando «nuestra plena solidaridad con el pueblo de Guyana» y reflejando el apoyo a la «soberanía e integridad territorial de Guyana». Este gesto ocurre en medio de la disputa territorial entre Guyana y Venezuela por la región del Esequibo, rica en petróleo y administrada por Guyana, que se ha agudizado desde un referéndum en Venezuela.
La toma de posesión de Ali se celebró tras la victoria de su Partido Progresista del Pueblo/Cívico (PPP/C) en las elecciones del 1 de septiembre, en las que obtuvieron una mayoría en la Asamblea Nacional. Ali afirmó que fortalecerá la cooperación con aliados internacionales para garantizar que los recursos de Guyana se gestionen de forma que asegure la prosperidad para esta generación y las futuras.
Esta promesa se enmarca en un escenario regional donde la lucha contra el narcotráfico y el crimen transnacional se ha intensificado, especialmente tras la reciente operación militar de EE. UU. en el Caribe, que incluyó el hundimiento de una lancha vinculada al Tren de Aragua, y la amenaza de Trump de derribar cazas venezolanos si ponen en peligro unidades estadounidenses.