El secretario general de la OEA, Albert Ramdin, se pronunció con cautela el 20 de agosto de 2025 ante el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y América Latina, afirmando que «la seguridad es una responsabilidad de los estados miembros» y evitando comentarios específicos sobre las acciones bilaterales.

En una breve declaración a NTN24, Ramdin señaló: «No voy a comentar sobre nada que sea bilateral, la seguridad es algo importante en el hemisferio, lo sabemos, pero lo que hagan los estados miembros individualmente o no hagan, no voy a comentar sobre eso, no tengo información suficiente al respecto». Sin embargo, enfatizó la importancia de la seguridad regional.

Carlos Bernardo Cherniak, embajador de Argentina ante la OEA, adoptó una postura más crítica, argumentando que «tenemos un gobierno ilegítimo en Venezuela, esa situación debe ser un tema central en la agenda de la OEA».

Cherniak advirtió sobre la inseguridad generada por «actores con poder bélico y de determinadas influencias que pueden atravesar las fronteras de cualquier país», reflejando la preocupación argentina por la estabilidad regional. En contraste, Roberto Quesada, embajador de Honduras, se desmarcó, afirmando: «No quisiera opinar, ese tema no lo hemos tratado aquí. Nosotros, como el gobierno de la presidente Xiomara Castro, tenemos por norma la no injerencia».

Este debate ocurre en medio de un cerco internacional contra Nicolás Maduro, tras la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista por EE. UU., con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. La Casa Blanca anunció el despliegue de destructores como el USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, un escuadrón anfibio y un submarino nuclear clase Virginia en el Caribe, buscando desmantelar redes narcoterroristas. Jorge Rodríguez respondió con amenazas desesperadas: «Sea quien sea el extranjero que entre a este país sin permiso, entra pero no sale», mientras Maduro ordena armar a 4,5 millones de milicianos.