(Redacción por David Gallardo) Hacer pactos con el diablo no es algo que sea motivo de bromas, sobre todo cuando la suerte de un país está en juego y la figura religiosa infame la personifica el régimen de Nicolás Maduro, una maquinaria de represión y violación sistemática de Derechos Humanos.

Por estos días, se pueden ver los hilos de fuerzas políticas y diplomáticas que tratan de cambiar la narrativa de cómo se percibe la dictadura desde la Comunidad Internacional, un cúmulo de países y organizaciones que le cuesta cada vez más entender que pasa en Venezuela y aún más cómo se puede solucionar.

El pacto de Barbados entra en escena y se establece como un logro de negociaciones para la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), pero también deja al régimen en una postura incomoda, aunque no es un problema para una dictadura, puesto que siempre se pueden violar los acuerdos.

Solo han pasado 24 horas desde este apretón de manos con la dictadura y ya se ha creado una cierta confusión sobre los verdaderos logros del mismo, además por las declaraciones siempre antagonistas del régimen y de la PUD.

Logros

La Plataforma Unitaria Democrática tiene su visa puesta sobre las negociaciones como una de las soluciones «realistas y válidas» para recuperar la democracia en Venezuela y lograr la salida del régimen de Nicolás Maduro. De hecho, uno de sus representantes, el exalcalde del municipio Baruta, Gerardo Blyde, ratifica dicha posición.

No es primera vez que la dictadura venezolana se sienta en una mesa de diálogo con representantes de la oposición, siempre con el objetivo de moldear la perspectiva de «democrática y pacifista» y termina reprimiendo mucho más a la oposición en sus esfuerzos de alcanzar un verdadero logro palpable.

Esta firma del acuerdo sería la excepción de la norma, porque estas negociaciones cuentan con dos factores importantes: la vista amplia de la Comunidad Internacional y el compromiso aceptado bajo el punto y firma de uno de los representantes de la dictadura: El presidente de la Asamblea Nacional Chavista, Jorge Rodríguez.

A pesar que este acuerdo pueda leerse como cualquier otro acuerdo estéril entre ambas fuerzas políticas en Venezuela, este ha obligado a bajar la cabeza y su nivel hasta el de la oposición y sentarse en condiciones aparentemente iguales.

Es por esto que si el régimen quiere deshacerse del acuerdo, deberá hacerlo de forma inteligente y con una estrategia delicada, puesto que no le conviene verse ante el mundo por lo que es: un régimen violador de Derechos Humanos.

Otro punto que merece ser resaltado nuevamente es la presencia de la Comunidad Internacional, que se prestó como testigo ante estos acuerdos que buscan garantizar las mínimas condiciones de lo que serán la próxima elección presidencial en Venezuela.

El régimen de Nicolás Maduro le conviene que la Comunidad Internacional lo vea con su traje de oveja, puesto que se encuentra en conversaciones con países como Estados Unidos para el levantamiento de las sanciones.

Finalmente, la elección presidencial empieza a mostrar vestigios de lo que podría ser unos comicios con las garantías que se necesitan para que el voto de los venezolanos pueda manifestarse en medio de una crisis humanitaria y un éxodo migratorio que está afectando toda la región.

Ver más: Elecciones primarias: Venezuela se juega el futuro político

Los acuerdos que firmó el régimen

Más allá de los logros de visibilidad dentro de la Comunidad internacional, la PUD logró establecer unos acuerdos con el régimen de Nicolás Maduro, sobre los cuales estarán «obligados» a realizar los cambios que aceptaron para así garantizar una elección presidencial transparente y universal, mejoría de condiciones y actualización transparente del Registro Electoral, respetar la primaria y que no existan sabotajes contra los políticos y la libertad de que la prensa pueda divulgar y sentirse segura sin ningún tipo de persecución.

A continuación, los acuerdos que aceptó el régimen de Nicolás Maduro:

  1. Garantías para que los procesos de selección interna de nuestros candidatos se respeten.
  2. Una ruta para que los inhabilitados y los partidos políticos recuperen sus derechos con celeridad.
  3. La observación electoral calificada de la Unión Europea, del Centro Carter y del panel de expertos de las Naciones Unidas, entre otras.
  4. Definir un cronograma electoral para las elecciones presidenciales, que serán realizadas durante el segundo semestre del año 2024.
  5. a actualización del Registro Electoral, incluidos especialmente nuestros hermanos venezolanos en el exterior.
  6. La depuración del Registro electoral.
  7. Todas las auditorías que requiere el sistema electoral.
  8. El acceso a los medios de comunicación de todos los candidatos y el pleno respeto a la libertad de expresión en medios nacionales e internacionales.
  9. Un mecanismo de verificación y seguimiento que es muy importante para velar por el cumplimiento de los acuerdos.

Comunicado de la Plataforma Unitaria Democrática sobre el acuerdo en Barbados

Hoy estamos en Barbados firmando este acuerdo, motivados por el compromiso que asumimos con los venezolanos desde que iniciamos este proceso de negociación con el objetivo primordial de detener el sufrimiento de nuestro pueblo venezolano.

Estamos pasando por la peor crisis social, política y económica de nuestra historia, y los venezolanos necesitamos que estos acuerdos no solamente alcancen objetivos políticos; sino que nos permitan recuperar nuestras instituciones, nuestra economía, crear oportunidades para que cada venezolano pueda tener una vida digna junto a su familia y un futuro para que nuestros hijos crezcan en Venezuela. Este es el objetivo de nuestro proceso de negociación.

Durante estos dos largos años, desde que iniciamos el proceso de negociación en la Ciudad de México, hemos insistido pública y privadamente en la necesidad de construir una solución negociada con quienes están en el poder. Hoy podemos anunciar que esa paciencia y esa lucha constantes, tanto de los venezolanos como de nuestros aliados de la comunidad internacional, ha dado un primer paso que traza una ruta para desarrollar el proceso electoral con garantías concretas y lograr así el cambio político.

Hoy firmamos un importante acuerdo. Damos un sólido paso que allana el camino para que recuperemos nuestra confianza en el voto. Un acuerdo que incluye:

1- Garantías para que los procesos de selección interna de nuestros candidatos se respeten y muy especialmente ante el evento de las primarias el próximo domingo.

2- Una ruta para que los inhabilitados y los partidos políticos recuperen sus derechos con celeridad.

3- La observación electoral calificada de la Unión Europea, del Centro Carter y del panel de expertos de las Naciones Unidas, entre otras.

4- Definir un cronograma electoral para las elecciones presidenciales, que serán realizadas durante el segundo semestre del año 2024.

5- La actualización del Registro Electoral, incluidos especialmente nuestros hermanos venezolanos en el exterior.

6- La depuración del Registro electoral.

7- Todas las auditorías que requiere el sistema electoral.

8- El acceso a los medios de comunicación de todos los candidatos y el pleno respeto a la libertad de expresión en medios nacionales e internacionales, y

9- Un mecanismo de verificación y seguimiento que es muy importante para velar por el cumplimiento de los acuerdos.

Es un paso más en el camino, uno importante. Todos los venezolanos que aspiramos y queremos un cambio debemos contribuir con la materialización del Acuerdo que hoy se firma, y estar juntos, todos, en cada centro de votación, en cada pueblo y en cada ciudad del país, observando, vigilantes, para garantizar que la voluntad de cada uno de nosotros sea respetada y cumplida.

El proceso de negociación no se paraliza, continúa en el marco del Memorando de Entendimiento que firmamos en la Ciudad de México, para desarrollar toda la agenda contenida en este memorando. Es la ruta para lograr el bienestar del pueblo venezolano, una democracia inclusiva y una cultura de tolerancia y convivencia política, así como algo fundamental para nosotros: el respeto a los derechos humanos.