(Redactado por David Gallardo) Nuevamente nos tropezamos con el 23 de enero, fecha insigne en la historia democrática de la nación. Aunque los aires de república no se sienten tan fuertes en el país por la crisis humanitaria, social, económica y política, aun el venezolano alza su voz para recordarle a la dictadura de Nicolás Maduro que Venezuela no es tierra de tiranos.

Aun no termina el día 22 de enero y se empiezan a pronunciar los movimientos sociales, dirigentes políticos para lo que sería una protesta en todo el territorio nacional, por todos los problemas que están afectando fuertemente a Venezuela, culpa de la irresponsabilidad de un movimiento político que tiene más de 20 años en el poder y solo ha sabido convertir el Estado Venezolano en un violador sistemático de derechos humanos.

Como el chavismo ha estado aferrado al poder en las últimas dos décadas ha sabido «reescribir» lo que pasó el 23 de enero, pero a su vez el pueblo venezolano junto a la oposición usan esta fecha para protestar y alzar la voz ante los problemas del país.

El último 23 de enero que hizo temblar al régimen de Nicolás Maduro, fue el del 2019, cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó se proclama como presidente interino de Venezuela por el vacío que hay en el poder ejecutivo, puesto que Nicolás Maduro no gana las elecciones presidenciales del 2018.

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Cuatro años después, miles de maestros, profesores, docentes, trabajadores públicos, médicos enfermeras son los algunos de los sectores que están quejándose de la hiperinflación, los sueldos bajos, la falta de insumos en los centros de salud, además de la crisis humanitaria que se conoce dentro y fuera del país.

¿Qué pasó en el primer 23 de enero en Venezuela?

Con información de Venezuela Inmortal

23 de enero de 1958, el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, quien ostenta la silla presidencial desde diciembre de 1952 llega a su fin.

Pérez Jiménez, el presidente más polémico del siglo XX venezolano es quien rompe este siglo a la mitad, hay en Venezuela un antes y un después de su gobierno.

Los primeros días de 1958 comienzan con turbulencia pues el día 1 de enero, oficiales de la aviación intentan bombardear el palacio y el Coronel Hugo Trejo se rebela en Maracay pidiendo la renuncia del presidente, fracasando en la intentona.

El día 9 sectores de la Armada intentan una sublevación que logra evitarse por una negociación, siendo cambiado el gabinete el 10 de enero. Está claro, las Fuerzas Armadas Nacionales están fracturadas.

Estas fracturas dentro de la columna vertebral del gobierno venezolano darán como resultado el 23 de enero de 1958 y la salida de Pérez Jiménez del poder.

Ese 23 de enero en la madrugada es ametrallada la residencia del presidente en El Paraíso, Caracas. Pérez Jiménez y sus hombres de confianza se presentan en Miraflores para analizar la situación. No hay mucho que discutir, se han sublevado los cadetes de la Academia Militar y el alto mando militar le propone al presidente bombardear la academia para terminar la insurrección, según el Mayor Victor Maldonado, presente en la reunión, Pérez Jiménez ordena a sus edecanes la planificación del vuelo para salir del país seguida de la frase: «Yo no mato cadetes».

Muchas horas después de la salida de Pérez Jiménez es donde se dan los ya conocidos eventos de calle, entre saqueos y muertes producto de la anarquía, el vacío de poder y el desorden del populismo.