(Redacción por David Gallardo) Roberto Enríquez, el presidente del partido COPEI, es uno de los candidatos a las elecciones primarias que se efectuarán este próximo 22 de octubre en Venezuela. El político de 55 años es uno de los miembros de la oposición que apoyan estos comicios y que representan una amenaza de unificación contra el régimen de Nicolás Maduro en las presidenciales del 2024.

Enríquez es politólogo de profesión y ha pertenecido a COPEI durante muchos años, incluso logrando ser vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (Odca).

En los últimos 10 años ha tenido una cierta relevancia dentro de los sectores de la oposición, manteniéndose como líder de su partido. Uno de los primeros recuerdos que sobresalen en la opinión política venezolana es su participación en el diálogo que se estableció entre la oposición y el régimen de Maduro en el 2014.

Fue diputado a la Asamblea Nacional por el estado Miranda en el periodo que se comprende entre el 5 de enero de 2011 y 5 de enero de 2016.

Solo un año después de cumplir con sus funciones legislativas, fue detenido por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) bajo la acusación de traición a la patria e instigación a la rebelión, no obstante tres días después se dio a conocer que solicitó refugio en la residencia del embajador de Chile en Venezuela y se le otorgó la condición de huésped.

El 04 de marzo del 2018, el partido COPEI declaró que no apoyaba la candidatura de Henri Falcón en su postulación a las elecciones presidenciales que orquestó la ilegal Asamblea Nacional Constituyente. “El verdadero Copei no apoya a Falcón ni participa en la patética maniobra electoral de la Constituyente, en unas elecciones chimbas”, declaró Enríquez en representación de su partido.

Roberto Enríquez y su perfil como candidato

Enríquez comparte mucho de los ideales, valores y perspectiva del partido que preside, siendo entonces un político de centro, centro-derecha.

Dentro de los meetings y declaraciones que ha entregado, afirma que tiene un gran interés en la reestructuración del sector económico venezolano. Uno de sus objetivos es eliminar el Banco Central de Venezuela (BCV) como institución y crear a la par un sistema cambiario basado en la convertibilidad total de una moneda local en una moneda reserva.

Con respecto a este tema, podría considerarse como una propuesta inconstitucional puesto que violaría el Artículo 318 de la Constitución de Venezuela, la cual reza que «las competencias monetarias del Poder Nacional serán ejercidas de manera exclusiva y obligatoria por el Banco Central de Venezuela. El objetivo fundamental del Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria. La unidad monetaria de la República Bolivariana de Venezuela es el Bolívar. En caso de que se instituya una moneda común en el marco de la integración latinoamericana y caribeña, podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba la República».

Enríquez tendría que encabezar un proyecto junto a la Asamblea Nacional para enmendar este artículo y otros que quedarían con un vacío en la carta magna que mencionan la figura bancaria directamente como responsable de varias funciones económicas trascendentales.

Esta es una de las propuestas que ha construido con el economista estadounidense Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore y asesor económico.

Ver más: La diáspora venezolana aumenta con la crisis

“Es algo que ya he hecho muchas veces antes, y que busca acabar con la inflación y reactivar economías que han estado en peor forma que Venezuela actualmente. Con la junta monetaria se permite que la moneda local sea tan buena como una moneda ancla. Instalaríamos una junta con la moneda estadounidense como ancla, y el bolívar se negociaría a un tipo de cambio fijo. El bolívar emitido estaría respaldado al 100% con reservas en dólares y sería un clon del dólar estadounidense, sería tan bueno como el dólar”, comentó Hanke en un audiovisual transmitido en la conferencia de prensa en Caracas.

“Con el cierre del Banco Central lo que se busca es quitarle a los políticos la capacidad de ponerle valor al dinero de la gente con dinero inorgánico, considera el Banco Central un tumor que enfrenta la economía con inflación, pobreza y devaluación, y por eso plantea sustituirlo con una junta monetaria que no tendría capacidad para imprimir dinero inorgánico”, dijo Enríquez durante su presentación en relación al máximo ente financiero en Venezuela, sancionado por Estados Unidos en 2019.

Su programa económico también incluye la eliminación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), la disminución del Impuesto sobre la Renta (ISLR) y el IVA. Otro de los puntos a destacar son la fomentación de la inversión extranjera por más de US$300.000 millones y privilegiar la inversión en el país de los capitales venezolanos en el exterior, además que muestra un gran interés en la recuperación del salario, además del impulso de 5 millones de empleos en la empresa privada.

Con respecto a la envergadura de temas sociales, Enríquez se ha mostrado en completo rechazo a la ideología de género. “Hay que alzar la voz y dar con el bate al que pretende agredir el derecho del niño y sí, nos declaramos en combate político contra la ideología de género”, declaró.

“La vida del no nacido, la identidad de los niños y la protección de la humanidad de esa cosa terrible que un ser humano cree que puede jugar a Dios, tiene que haber un actor político que alce la voz”, insistió el político que tiene una clara tendencia en contra del aborto y posturas transfóbicas.

Recientemente ha recibido el respaldo del partido Nuvipa en su candidatura a las primarias. “Hoy estamos apoyando a Roberto Enríquez porque representa los valores en los que creemos; los valores de la familia, de la defensa de la vida, de la defensa de nuestros niños; la lucha contra la industria de muerte del aborto y un modelo económico centrado en niños, ancianos y enfermos, los más vulnerables”, aseveró Luis Rivas, presidente del partido.