(Redacción por David Gallardo) Tarec William Saab, fiscal general del régimen de Nicolás Maduro, ha informado de la muerte de Juan Almeida, detenido por la trama de corrupción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Saab justifica la muerte de Almeida por la enfermedad crónica que sufría el detenido, la cual era cirrosis hepática. «Al momento de su deceso, se encontraba en su residencia: luego de serle otorgada la medida humanitaria de arresto domiciliario», declaró mediante de su cuenta de Twitter.

Con información de Infobae

Según consigna el medio local Efecto Cocuyo, Almeida, junto a sus hermanos Carlos Almeida Morgado y Jorge Almeida Morgado; era señalado de ser “operador tecnológico” de la trama de corrupción en la petrolera, que la Fiscalía denomina “PDVSA-Cripto”.

Almeida es el segundo de los arrestados en el marco de la trama de corrupción en PDVSA que muere bajo custodia de las autoridades venezolanas. El primero fue Leoner Azuaje, quien el 20 de abril presuntamente se habría quitado la vida mientras estaba recluido en la sede del Sebin en El Helicoide.

Quien era Juan Almeida

En un informe de la señal estatal VTV el pasado 13 de abril, se había indicado que Juan Almeida no estuvo presente en una audiencia dado que se la hizo en un centro médico, “en resguardo a su derecho a la salud”, señalaba el canal. En ese momento, se rumoreaba que las autoridades chavistas se habían excedido con la tortura a estos detenidos.

Juan Almeida fue detenido el pasado 5 de abril durante un allanamiento realizado a su residencia por funcionarios de la Policía Nacional Contra la Corrupción (PNCC). Sus hermanos, los mencionados Jorge y Carlos, también fueron arrestados.

El medio EVTV publicó -tomando el análisis del consultor político Gustavo Azócar– que Juan Almeida tenía la capacidad de ingresar, boicotear y clonar las redes sociales de muchos comunicadores y, sobre todo, de personas “a las que El Aissami quería espiar o saber en qué pasos andaba”. Es por esa razón que se lo conocía como el “hacker de El Aissami”.

A mediados de febrero de 2020 el entonces vicepresidente de economía, Tareck El Aissami, recibió la orden presidencial de ponerse al frente de un equipo cuyo objetivo era reestructurar a Petróleos de Venezuela. Una de las primeras decisiones que tomaron fue sentar al teniente coronel Antonio Pérez Suárez en la silla de mando del departamento de comercio y suministro de la petrolera. Sin duda, una entrada por la puerta grande a una industria que desconocía por completo.

Finalizando ese mes, Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, ambos directivos de operaciones de comercio y suministro, salieron esposados de la empresa, tras una revisión a los libros de contabilidad. Tres años después, le tocó el turno a Pérez Suárez, quien fue exhibido en uniforme anaranjado junto a otros detenidos –Hugbel Roa y Joselit Ramírez, entre ellos- en esto que se ha denominado la trama PDVSA-Cripto.

La ONG Control Ciudadano estima que al menos 42% de las instituciones gubernamentales venezolanas están en manos de militares, de modo que podría decirse que el nombramiento de Pérez Suárez era parte del paisaje habitual.

Egresado de la Academia Militar en 1999 –la primera promoción de la revolución-, Pérez Suárez esperó con paciencia su arribo a la administración pública. Al asumir la presidencia en 2013, Nicolás Maduro quiso tenerlo cerca: en julio de ese año lo designó director de la Fundación de Atención al Pueblo Soberano, un ente adscrito a la Presidencia de la República.