(Fuente: Radio Bío) El crudo asesinato de una trabajadora sexual ha revelado distintos aspectos sobre los conflictos armados que tienen diferentes facciones del Tren de Aragua en Chile.
Desde hace casi dos año, se tiene conocimiento que la megabanda criminal venezolana El Tren de Aragua tiene operaciones dentro del territorio chileno.
R., inicial para proteger la identidad de la persona asesinada, no fue cualquier víctima, es una de las pocas víctimas del Tren de Aragua que tiene registro con nombre y apellido.
“Cadáver de sexo femenino, desnudo en sala de autopsias. De entre 25 a 30 años de edad aproximadamente. Mide 1,68 metros, pesa unos 70 kilogramos. Normolínea, piel morena, pelo negro largo, abrasiones en el rostro, múltiples tatuajes y varios orificios de proyectil balístico”, indica el informe de la morgue.
Con información de Radio Bío Bío
Cuando R. entró al Servicio Médico Legal de Arica, el 12 de noviembre de 2022, los médicos forenses supieron, casi de inmediato, cómo había muerto. Los dos disparos que hallaron en su cabeza daban cuenta de la participación de terceras personas. O, más bien, de una ejecución a sangre fría.
Si Los Gallegos se erigieron como dueños ilegítimos del Cerro Chuño, el Tren del Coro hizo lo propio en las cercanías al terminal de buses internacional de Arica.
R. quedó en medio.
Los muertos del Tren de Aragua
De acuerdo a antecedentes recopilados por BBCL Investiga, el conflicto se originó luego de que un grupo de venezolanos decidiera escindirse de Los Gallegos, una de las células más mortíferas del Tren de Aragua en Chile. Sin ir más lejos, ésta fue la primera facción a la que se le conoció una casa de torturas (antes de que se convirtiera en noticia también en Santiago) y que además alcanzó notoriedad por enterrar vivos a aquellos que no obedecieron sus preceptos.
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—El Tren del Coro quería tomarse una parte del territorio —cuenta una fuente de este medio.
Ello derivó en una lucha sangrienta que —según cálculos extraoficiales realizados por conocedores de la materia— cobró cerca de medio centenar de víctimas fatales a ambos lados de la trinchera.
Los números cuadran: si en 2021 Arica registró 26 asesinatos, esa cifra al año siguiente llegó a los 45. Un aumento del 73% que posicionó a la comuna como la con peor tasa de homicidios de todo Chile (17,1 cada 100 mil habitantes).
Eso, en cifras oficiales: los investigadores sospechan que aún quedan cuerpos sin encontrar repartidos bajo el Cerro Chuño.
—Eso explica porqué la mayoría de los muertos encontrados en Arica son de origen venezolano y porqué aparecen en las zonas que ellos mismos controlan —añaden los consultados por BBCL Investiga.
Los giros de negocios
Sea como sea, el Tren del Coro terminó compartiendo un modus operandi similar al de su alma mater. El propio fiscal regional de Arica y Parinacota así lo asevera. Se trata de un persecutor que, junto a su equipo, ya ha logrado encarcelar —de manera preventiva— a 44 imputados vinculados a Los Gallegos. Lo mismo hizo respecto de otros tres acusados pertenecientes al Tren del Coro.
—Estos sujetos del Tren del Coro tienen normas de funcionamiento bastante similares a las del Tren de Aragua y especialmente a Los Gallegos. Son un grupo que incluso se ve más violento en la forma de actuar (…) Estamos en presencia de homicidios y tráfico de armas que son delitos de altísima gravedad.
El texto de la acusación del Ministerio Público —ingresada recientemente contra esta franquicia criminal— complementa lo expresado por Carrera: “Sus lineamientos se orientan a ser un grupo delictual con fines independientes e intereses basados en conductas ligadas a delitos tales como: tráfico de drogas, ingreso de armas al país y robos; utilizando para sus fines delictuales armas de fuego”.
Fuentes de este medio agregan otras líneas de negocios: la extorsión y la explotación sexual.
Según cercanos a la indagatoria, ambos giros comenzaron a ser explotados en Chile por estas facciones en 2021. Aprovecharon justamente las olas migratorias para tomar territorios. Una de las primeras tareas para iniciar sus actividades ilícitas fue marcar los tiempos de las policías. Es decir, cronometrar cuánto demoraban Carabineros y PDI en responder ante un hecho.
Una vez dominado el territorio, incursionaban en la extorsión. Narcotraficantes chilenos se cuentan entre los “afectados” por la irrupción del crimen transnacional.
—Se hicieron amigos de dealers chilenos, pero les dieron el golpe. Luego los dejaron trabajar, pero les empezaron a cobrar una comisión —advierte una fuente fuera de micrófono.
La explotación de mujeres para fines sexuales, en tanto, se concentró en prostíbulos y locales nocturnos, donde cobraban vacunas o impuestos. Las propias trabajadoras sexuales o los dueños de esos recintos que quedaron en medio de las zonas controladas se convirtieron en las víctimas de esos cobros.