La diáspora impacta en todos los ámbitos de la sociedad venezolana, hay que verle la cara, perdimos 7.7 millones de habitantes según las cifras recientes de Naciones Unidas. Los policías también están afectados por la migración.

Médicos, enfermeros, maestros, periodistas, de todas las carreras y ramas profesionales han salido, hasta militares y policías se han ido probando suerte en la selva del Darién para llegar a los Estados Unidos. Los miembros de los organismos de seguridad no piden la baja a sus superiores, estos se las niegan, por eso solicitan las vacaciones para nunca más regresar a sus barracas. Recientemente en menos de 15 días, 22 uniformados de Polimaracaibo migraron. El alcalde de Maracaibo Rafael Ramírez aseguró que el número de sus funcionarios se redujo considerablemente.

La crisis hace que los policías formen parte de la diáspora

No hay ni la mitad de policías que se necesitan para darle seguridad a una ciudad como Maracaibo. 30 vehículos y 80 motos no alcanzan para mucho. Polimaracaibo tiene hoy día 628 funcionarios y se necesitan al menos 1200 de ellos.

No hay que ser un experto para deducir el impacto que esto tiene en el tema de seguridad ciudadana, según el estándar ONU, se requieren de 300 policías por cada 100 mil habitantes, una ciudad como Maracaibo necesitaría 3100 funcionarios y no los tiene. Lo mismo pasa en otras instituciones, en los barrios el impacto es grande, los vecinos se cuidan entre sí debido a que llamar al servicio de emergencias 911 es inútil, solo van cuando asesinan a alguien, de resto ni se presentan. Se coordinan y cuando notan algo sospechoso lo hacen saber a todos.

La seguridad está en riesgo por ausencia de policías 

No hay seguridad ni en el hogar, un hombre fue asesinado y su victimario entró a su casa y encendió la luz, la esposa de la víctima creía que era su pareja quien regresaba del patio, afortunadamente el delincuente y sus cómplices solo se llevaron los objetos de valor sin dañarla.

Los pitos, cornetas, cualquier cosa que suene sirve de alarma, se organizaron en grupos de Whatsapp y hacen rondas por el barrio de 12 a 3 de la mañana, y otro turno de 3 a 6 de la mañana. Les tocó resolver a ellos mismos, la seguridad de la comunidad va por su cuenta. Aunque están en desventaja, aseguran que deben hacerlo ya que no hay patrullaje en la zona.

Hay quienes migraban hasta Colombia y volvían regularmente, pero ahora la crisis en el vecino país a consecuencia de los cambios originados en el gobierno de Petro, espantaron a los migrantes que movidos por una enorme necesidad de superar la crisis que viven, buscan mejores opciones, lejos del socialismo venezolano y colombiano.

Cámara Salida. Mientras tanto este tipo de grupos de vigilancia vecinal siguen multiplicándose, lo peor es que en los próximos 12 meses se espera que nuestra diáspora sea aún mayor.