(Redactado por David Gallardo) La boda del director de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Iván Rafael Hernández Dala con Paola Dávila han ocasionado múltiples reacciones por el lujo que ostenta la celebración, mientras que Venezuela vive estancada en una crisis económica.
Pista de baile, arreglos florales de ensueño, champaña, fotografías de recuerdo y música en vivo son solo los pocos detalles que se han dado a conocer a través de las imágenes y videos que se circulan en las redes sociales.
Hernández Dala, quien también pertenece a la Guardia de Honor Presidencial de Venezuela, se casó con Paola Dávila, quien es dueña de Atenea Swimwear, negocio ubicado en el sector de Las Mercedes, Caracas.
Unas de las reacciones más destacables fue la del exministro de Comunicación de Venezuela, Andrés Izarra, quien aprovechó para denunciar que la casa donde vive la nueva esposa de Hernández Dala es la propiedad que confiscó el Dgcim a la hijastra del político opositor Antonio Ledezma, quien es esposa de Izarra.
«Es la boda de los choros», finalizó Izarra ante las imágenes y vídeos sobre el despilfarro que ostentaba dicha boda.
¿Sanciones?
Recientemente se ha vuelto mucho más fuerte el llamado al levantamiento de las sanciones que reposan sobre funcionarios del régimen de Nicolás Maduro y a las empresas estatales que manejan.
La dictadura venezolana argumenta que dichas sanciones dictadas por la Comunidad Internacional son la verdadera causa de la crisis económica que ha azotado al país petrolero desde el 2013.
Sin embargo, el director de la Dcgim fue sancionado en el 2018 por la Unión Europea y en el 2019 por Estados Unidos, perdiendo su acceso aéreo y marítimo, además del congelamiento de todos sus bienes y dinero en las cuentas que tenían en dichos países.
¿Cómo puede justificar esta boda?